Vuelve el cine a San Julián
Con aportes de Cerro Vanguardia, renace el Talía.
El 5 de octubre se reinaugurará el Cine Teatro Talía, un espacio cultural de la localidad santacruceña de Puerto San Julián, que permaneció cerrado por décadas, luego que un incendio lo dejara inutilizable, durante mucho, mucho tiempo.
Como recuerda la escritora local, Nohry Fueyo, el Talía “marcó una época cultural muy importante para el pueblo, cuando San Julián era un lugar muy pequeño donde todos nos conocíamos”.
El Talía se inauguró en el año 1925, como suele suceder en estos casos, gracias a la persistente vocación de don Fernando Sánchez, un asturiano muy especial, muy ameno, y muy dispuesto a dejar su sello en el lugar que había elegido para vivir. Tanto fuera en razón de alguna guerra en el Viejo Continente, o de algún requerimiento de la escuela del pueblo, Fernando siempre estaba metido, colaborando en algo. Había llegado a San Julián alrededor de 1904 luego de un largo periplo que comenzó en Asturias y se prolongó por Buenos Aires, las Islas Malvinas, luego Punta Arenas, en Chile, hasta recalar finalmente en el pueblo en el que, 384 años antes, un portugués que buscaba el paso a las Indias había pasado el invierno.
Luego del consabido comienzo como peón de campo, don Fernando se afincó en el pueblo y ahí es donde aflora su pasión por el cine, esa magia nueva que seducía sin remedio a los espíritus inquietos. Comenzó con las proyecciones en una confitería (¿Quién pensaba entonces en una sala de cine?) hasta que una distracción y un rollo de celuloide que se traba, derivan en un incendio que convierte en cenizas al primer sueño…y a la confitería.
Pero no es de asturianos rendirse, así que allá vamos con el segundo intento, esta vez en el Hotel Águila, donde todo anda bien, pero es como que falta algo. Y es algo no es otra cosa que el Cine Teatro Talía, una sala como la de las grandes ciudades, que don Fernando Sánchez, a costo propio, inaugurará en 1925, en la misma ubicación donde hoy se reconstruye, y que durante décadas dejaría su impronta marcada en varias generaciones de sanjulianenses.
Rememora Nhory Fueyo: “Para todos era nuestra fuente mágica. Era una época donde obviamente, no teníamos televisión, y si bien leíamos mucho, el cine era un momento especial que nos esperaba todos los domingos, a la hora de la matinée, a las cinco de la tarde. Ahí empezaba nuestro contacto con ese mundo maravilloso. El cine se proyectaba tres veces a la semana, los martes, jueves, viernes y los domingos estaba la matinée, con películas especiales para los chicos”.
El cine funcionaba en un edificio de mampostería y chapa lisa, como muchas de las construcciones de la época que aún subsisten en San Julián y pueden verse en sus calles principales. Cuenta Nohry que “durante la semana, recuerdo haber ido con mis padres al cine. De noche había que llevarse la frazada y una bolsita de agua caliente porque de manera frecuente se cortaba la calefacción. Entonces te tapabas y aguantabas toda la película. Además, a las 12 de la noche se cortaba la luz matemáticamente hasta las 7 de la mañana del otro día, excepto que hubiera un velorio. Cuando eran las 12 y no se cortaba, todos pensábamos ¿quién habrá muerto?, en un pueblo donde todos nos conocíamos. Por ese motivo, la linterna era otro elemento que uno llevaba siempre encima, en una salida”.
Además de cine, el Talía era teatro y como tal, un centro de cultura y de reunión, de enorme influencia en aquel San Julián. Venían zarzuelas, conciertos, obras de teatro; “era el lugar donde culturalmente nos reuníamos todos”, dice la escritora, que agrega: “Repasando en la memoria recuerdo todos esos espectáculos que ya desaparecieron. Ya no hay obras de ese tipo, muchas de las cuales traían los españoles, porque en esa época, la comunidad española y la inglesa eran las predominantes. La colectividad española se volcaba más al pueblo, era más ruidosa y alegre; la inglesa, mas flemática, claro, pero igualmente participativa. Al cine iban todos, no había división, solo algunos más entusiastas que otros”.
Y por supuesto, las historias de “la última fila del cine” en matinée de domingo, sobre todo si daban una de romanos, también se recuerdan en San Julián: “En el Talía había un señor, el que vendía las entradas, Don Suárez, que entraba y alumbraba en el medio de la función con su linterna, por lo que no se podía estar muy tranquilo tampoco”, detalla.
Pero la vida fue pasando, cambiando, aquel San Julián dorado sufrió distintos avatares que casi le hacen besar la lona, pero no son los sanjulianenses gente de abatirse fácilmente y hoy, que el pueblo florece, alguien notó la ausencia. ¿Y el Talía? Ahí estaba el Talía, pero claro, con la historia que se le había venido encima. Y comenzó la reconstrucción. La Fundación Agencia de Desarrollo de Puerto San Julián canalizó los 4 millones de pesos que la compañía minera Cerro Vanguardia, que explota el yacimiento del mismo nombre ubicado a unos 150 Km al noroeste de la localidad, aportó para encarar la tarea
De ese monto, 2.260.000 pesos se destinaron a la obra civil, 440.000 para las butacas de madera con respaldo de guatambú, 925.000 para sonido, telón, proyección e iluminación (con equipamiento de última generación), y 335.000 para trabajos adicionales.
Las obras de reconstrucción comenzaron hace casi dos años, y este 5 de octubre el Cinte Teatro Talía volverá a inaugurarse, brindando a los vecinos de San Julián la posibilidad de volver a contar con aquel espacio para el entretenimiento, los encuentros sociales y el enriquecimiento cultural que una vez supieron tener, y nunca dejaron de merecer.
La Dirección de Cultura local, tiene la idea de formar un grupo de amigos del Talía, porque además de reconstruirlo, luego habrá que gerenciarlo y llenarlo de vida. En esa comisión estarán representados el Ejecutivo comunal, el Concejo Deliberante y, por supuesto y principalmente, los vecinos de buena voluntad, de eso que nunca faltan, dispuestos a comprometerse con el futuro de su lugar en el mundo.
A lo largo de su historia, Puerto San Julián ha pasado por momentos buenos y malos, por momentos de abundancia y escasez, donde todavía se recuerda aquel terrible momento para el pueblo, luego de la erupción del volcán Hudson. Hoy, San Julián a reverdecido, se ha afirmado y se plantea un futuro promisorio. La reinauguración del Cine Teatro Talía, tal vezsea un buen símbolo de la ventura por venir.
Fuente: AIMSA