Casposo, la primera mina de oro y plata a escala industrial de Calingasta, ubicada a 2.400 metros de altura, por primera vez fue visitada por un medio de comunicación que retrató la vida cotidiana en el yacimiento. La nota publicada en el diario Tiempo de San Juan asevera que en Casposo la seguridad es la materia más importante. La mina que comenzó como mina a cielo abierto, fue inaugurada en noviembre de 2009 y su primer lingote se produjo un año después, compuesto por 90 % de plata, 8 % de oro, y 2 % de impurezas. En la actualidad, Casposo lleva 12 niveles de avance en túneles. Eduardo Machuca, responsable de Relaciones Institucionales de Troy Resources, propietaria de la mina, explicó para el medio que hay 15 metros entre cada nivel y más de 1.700 metros de rampa. Los niveles 1 al 6 ya fueron explotados, hoy se explotan el 7, 8 y 9; y están en preparación el 10, 11 y 12.
En el interior de la mina subterránea, los camiones que cargan 40 toneladas de material mineralizado son comunmente llamados “lagartos”, porque son articulados para poder transitar en las curvas cerradas y estrechas de la mina. En los niveles donde se está realizando extracción, el agua cubre el suelo (vital para minimizar el polvo adentro de la mina) y es necesario calzar botas de goma especiales, hasta las rodillas. El aire fresco circula permanentemente en el interior de la mina vía dos grandes mangas, y todos los túneles están completamente cubiertos con una gruesa malla metálica sostenida con pernos de 2,3 metros, para garantizar la seguridad. Para la extracción, unas máquinas llamadas Jumbo perforan la roca para la colocación del material explosivo sobre la veta mineralizada y se corta la malla metálica en ese sector para permitir que el material caiga, se cargue en los lagartos y se lleve a molienda.
La seguridad es el aspecto número 1 de la mina. Todos los trabajadores ingresan a Casposo con botas, casco con luz, chaleco y equipo autorescatador de 1 kilogramo de peso en la cintura, que proporciona oxígeno en caso de incendio. Todo el equipo de minería pesada tiene sistemas de extinción de incendios automáticos instalados. Miguel Godoy, superintendente de Seguridad que trabajó en la mina de carbón de Rio Turbio, en Santa Cruz y en Mina Aguilar, Jujuy, expresó al medio que “La seguridad depende mucho de la cultura de los pueblos y a veces es difícil incorporarla en los trabajadores, pero lo van asimilando. Acá la mayoría de la gente es de Calingasta y no habían trabajado nunca en minería pero de a poco lo fueron incorporando, no es fácil en relación a los trabajos que hacían antes”.
Casposo cuenta con una Brigada de rescate conformada por 30 empleados de distintas áreas de la mina que reciben una capacitación especial, con periodicidad semanal, por parte de José Chicahuala, ex Jefe de Bomberos de la Provincia. La mina subterránea tiene refugios de emergencia totalmente equipados con elementos de primeros auxilios, agua y alimentos. Incluso la chimenea de ventilación también es salida de emergencia con escaleras metálicas en tubo y ascenso vertical que recorren los 9 niveles en explotación.
Luego de la explotación subterránea o a cielo abierto, la roca mineralizada es depositada en distintos grupos según su ley: Baja, media, alta o muy alta, para después pasar a la trituración y lograr una ley uniforme. En la trituradora primaria, el material se traslada en un recorrido totalmente automático hasta el molino. Lo producido en la molienda pasa a los tanques de lixiviación (proceso Merrill Crowe). Este proceso en Casposo se realiza en 1 tanque de 600.000 litros, 6 tanques de 300.000 y 2 tanques de 1 millón de litros. Allí se agrega el cianuro para lograr separar los metales y su inocuidad en el proceso se logra con cal, que mantiene el pH entre 10 y 11. En este proceso, la explotación utiliza 90 toneladas de cal por mes. Los tanques con la pulpa cianurada se agitan soltando borbotones y sobre ellos se extiende la rejilla de acceso y supervisión. En la nota publicada, la periodista indica que no hay nada que indique que abajo hay pulpa cianurada, ni olor, ni vapores, nada. Además, Rolando Tello, a cargo de la Sala de Control del proceso, expresa que “está todo el proceso controlado y automatizado, se trabaja bien y no es peligroso. Llevo 4 años trabajando en Casposo y jamás tuve un problema con el cianuro”. Tello controla caudales, niveles de planta, dosajes de molino, tonelaje con el que está trabajando, con cuanta presión cuentan; “todo lo vemos desde acá”, asevera.
En esta solución alcalina, el oro y la plata se disuelven con distinta velocidad, y se agrega zinc para precipitar los metales y se filtran para pasarlos de líquido a sólido. El líquido pobre va al circuito de vuelta, y la solución preñada con oro y plata pasa al horno de retorta que se calienta a 650 grados durante 8 horas para evaporar el mercurio, que es casi inexistente en la mina y va recipientes especiales. Al sólido rico se le agregan los fundentes para fundir oro y plata en los hornos. Enzo Robles, gerente de Refinería, explica que “los fundentes escorifican, hacen brotar los metales que no nos interesan fuera del oro y plata, como hierro, plomo, arsénico, mercurio, sílice, cobre, selenio, molibdeno, entre todos suman 0,5 % y es tan poco que no se puede recuperar, son impurezas para nosotros”. Estos procesos son controlados desde la sala de refinería donde abundan las cámaras de seguridad, algunas propias de la empresa para controlar la misma y otras que les permiten a los inversores en cualquier punto del planeta ver on line lo que sucede en la parte más brillante del proceso.
La transformación del metal en lingotes se denomina “coladas” y en Casposo se realizan cuatro por día. Los lingotes pesan unos 14 kilos promedio y tienen un 96 % de plata, 3,5 % de oro y 0,5 % de residuos. Cuando salen del molde, aún tibios, pasan al pulido donde se les retiran las impurezas y se les controla el peso y la composición. A cada lingote se le extrae una muestra para que se pueda corroborar cuanto de oro y plata salió de la provincia, y las muestras llevan la misma numeración del lingote de donde provienen. Los lingotes son embalados en cajas de madera donde se colocan de a pares, se sellan y se apilan para su viaje en los camiones transportadores de caudales, rumbo a su destino final: Canadá.
Casposo tiene autorizados 2 litros de agua por segundo, y tanto el mineral estéril como el agua usada en el proceso, son sometidos a un tratamiento para eliminar restos de cianuro. Con una solución en sistema de vacío, el agua se recupera y se manda a diques artificiales para ser reutilizada. Los residuos sólidos se depositan en un dique seco, sobre membrana impermeable de polietileno de alta densidad (HDPE) y arcilla. Cualquier agua generada a partir de la zona de colas se recupera y se envía de nuevo a la planta para su procesamiento. En los 14 pozos de control de agua se obtienen muestras para ser examinadas cada 15 o 30 días, ademas del sistema de control participativo donde un grupo de vecinos de Calingasta elige los lugares donde quiere extraer agua para su control y los envían al laboratorio.
Para leer el artículo original, hacer click aquí.