Sustentabilidad Minera
Compartimos a continuación la opinión del Ing. Juan Carlos Perucca, publicada el pasado 18 de Diciembre en la versión online de El Diario de Cuyo.
(Por Ing. Juan Carlos Perucca, Profesor Emérito de la UNSJ)
El impacto negativo de la actividad humana sobre el medio ambiente fue progresando con el tiempo y sus efectos fueron cada vez más severos. Desde su aparición sobre la Tierra el hombre modificó el medio ambiente cortando árboles, desviando o embalsando ríos, nivelando terrenos y, más recientemente, con la instalación de enormes centros urbanos con sus rascacielos, fábricas, chimeneas y acumulación de residuos. Recién a partir de 1970 la comunidad internacional tomó conciencia de las seguras y negativas consecuencias de tales acciones, siendo a partir de ese momento que se reconoce la necesidad irrenunciable de incorporar la variable ambiental en la formulación y ejecución de todos los proyectos, incluidos los referidos a recursos no-renovables.
Este planteo es particularmente sensitivo cuando se trata de industrias extractivas, de las cuales la más importante es la minera. En el estado actual de nuestra civilización es imposible prescindir de la minería, pues ella abastece a la población de materias primas cuya demanda crece día a día, satisfaciendo necesidades básicas del ser humano moderno. Por esta razón, el concepto de protección ambiental que tanto nos preocupa no debe ser planteado como un dilema frente al imprescindible desarrollo económico, sino antes bien como uno de sus elementos integrantes.
Con este concepto como base elemental, corresponde caracterizar adecuadamente el área de influencia de un Proyecto dado en términos ambientales y, cualquiera fuese la etapa de desarrollo en que se encuentre, se deberá establecer claramente las características del impacto ambiental que pudiera provocar a fin de adecuar las medidas de prevención, mitigación y corrección más convenientes.
¿Qué es «desarrollo sustentable»?: en vista de la toma de conciencia respecto de la necesidad generacional de proteger el medio ambiente, sin que ello afecte el imprescindible y permanente desarrollo económico del país, nace el concepto de «desarrollo sustentable», según el cual deben incorporarse las variables ambientales a todo proyecto en vías de ejecución, postulando que no puede haber progreso sólido y estable si no lo acompaña una adecuada preocupación por la protección del medio ambiente involucrado.
Hoy se conocen varias definiciones sobre desarrollo sustentable, algunas priorizando el componente económico, otras el social, pero coincidiendo todas en enfatizar el término «equidad». De este modo, la idea de desarrollo sustentable es entendida como «un proceso de crecimiento económico sostenido en el tiempo, que contribuya a una mejor distribución del ingreso junto a una mayor calidad de vida social, ambiental y cultural aprovechando en forma racional los recursos naturales sin comprometer las necesidades y la calidad de vida de las generaciones futuras».
Al analizar el impacto ambiental que todo proceso de desarrollo emprendido por un grupo humano genera en mayor o menor medida, vemos que el mismo depende de la naturaleza, localización y magnitud del proyecto en cuestión, pudiendo ser clasificado en positivo o negativo, reversible o irreversible, permanente o temporal, directo o inducido, simple o acumulativo, a corto, mediano o largo plazo, etc. En esta sociedad moderna la mayor preocupación ambiental surge del eventual predominio de los impactos negativos y de su mayor o menor prolongación temporal.
Es inevitable que todo emprendimiento encarado por el hombre, sea petrolero, minero, químico, pesquero e incluso agro-ganadero, modifique el entorno físico, biótico, cultural y social del área de influencia de distintos modos e intensidades, según fuere la zona donde se ubique el proyecto y de las acciones previstas para su ejecución. En consecuencia, las medidas de protección ambiental deben enfocarse no a anular la ejecución del proyecto, sino antes bien a minimizar sus potenciales efectos negativos, maximizando en cambio los efectos positivos, tanto económicos como sociales y culturales.
Con respecto a la llamada «Gran Minería» que hoy estamos viviendo los sanjuaninos, su desarrollo en las áreas de la República Argentina donde la tradicional actividad agro-ganadera es imposible, debe ser aceptado como la única posibilidad de bienestar y progreso socio-económico. Nos sirven de ejemplo países hermanos donde esta industria extractiva a gran escala es una actividad económica trascendental con muchas décadas de producción sin problemas.
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