«Si seguimos como estamos, nos vamos a quedar sin minería»
Por Sabrina Pont
El directivo entiende que las retenciones pueden ayudar al país en una coyuntura difícil, pero dejó en claro que lo importante es tener un plan para desarrollar el potencial minero. Apenas un mes después de las PASO, Alberto Carlocchia asumió como presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), en medio de una profunda crisis económica y de un contexto político inesperado y atípico para el país. «Me preguntaron si era optimista. Y la verdad es que, si no fuese optimista, no estaría acá», aseguró a TRAMA casi tres meses después, en el bar de un hotel donde se desarrollaba un extenso seminario sobre minería argentina a metros del Obelisco.
El visible cansancio –potenciado por el trajín de un n de año teñido con una transición de gobierno con poca pretensión de ser pacífica, al menos en lo declarativo–, más una apretada agenda, no alcanzan para opacar el entusiasmo que Carlocchia mantiene por comandar la entidad empresaria minera hasta la primavera de 2021. Aunque no dejó de mostrarse preocupado por algunas definiciones de Alberto Fernández sobre la actividad y advirtió acerca de la necesidad de «salir de la eterna ley de emergencia económica». «Yo no veo que el presidente electo o los miembros de su equipo quieran que sigamos en la pobreza.
Así como te hablan de retenciones, también te hablan de producción y exportación. Un país que quiere salir adelante no puede castigar a su producción gravando su exportación. Si es circunstancial, lo entiendo. Pero no podemos vivir eternamente en ese esquema», sostuvo el titular de la CAEM, quien es también gerente de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad de Patagonia Gold, una metalífera nacional del empresario Carlos Miguens.
«Habló de producción y de exportación. Habló de ser socios para el desarrollo del país, de generación de divisas y de las inversiones que necesitamos para salir de la crisis. Si esa es la visión, ¿quién puede estar en desacuerdo? Ahora tenemos que ver, dada la coyuntura en que vivimos, como podemos implementar eso», sostuvo Carlocchia, resumiendo los dos encuentros que tuvieron los mineros con Alberto Fernández cuando todavía era candidato antes de las elecciones de octubre. Días después, a dos semanas de su asunción, Fernández anticipó que el sector del petróleo, el minero y el del campo «tendrán que hacer un esfuerzo», y que si bien le «encantaría no cobrar retenciones», con los 5 o 6 puntos de décit scal que deja Macri no lo puede hacer.
Al respecto, Carlocchia dijo que entiende «que esas medidas tengan cierta continuidad en el tiempo, dada la situación de endeudamiento en la que estamos». «Hay que generar una recaudación determinada para hacer frente a los compromisos. Entiendo, pero también desafío a que tengamos ideas superadoras para el futuro. Cómo hacemos entre todos, con las provincias y con la sociedad, que es un actor fundamental de su propio desarrollo», señaló el directivo, que cuenta con más de 20 años de trabajo en la industria minera nacional. «En dos años, tres a lo sumo, tenemos los primeros proyectos metalíferos que ya deberían estar factibilizados o factibilizando, esencialmente en cobre, litio, plata, y en oro tenemos proyectos de ampliaciones. ¿Cómo hacemos para que eso ocurra? Esa es la discusión que hay que dar. Hoy podemos aguantar la coyuntura y la crisis con lo que tenemos, pero si no mejoramos las condiciones para adelante, no va a haber 2030 para la minería», sentenció el conductor de la primera Comisión Directiva de la CAEM, que integra en la toma de decisiones a dos mujeres (María Eugenia Sampalione, de Newmont Goldcorp, como vicepresidente segunda, y Carina Zini, de Minera Don Nicolás, como vocal).
Para Carlocchia, la minería necesita tiempo, bajo condiciones de potencial desarrollo, que sean estables. «Hay otras cuestiones, además de las retenciones, que son muy puntuales de la industria, pero la carga tributaria no es solo de la minería; en la Argentina es pesada para todos los sectores», estimó y puntualizó que la minería de primera categoría, que es la metalífera y la de litio, destina toda su producción a la exportación. «No tengo mercado interno como a lo mejor sí tienen otras industrias exportadoras; es fundamental evaluar cada caso», agregó.
¿Qué tomaría de la industria del petróleo y del gas que se pueda aplicar en minería?
—Creo que lo que debemos trabajar con el sector del petróleo y del gas son las sinergias que tenemos para el desarrollo regional. Son industrias, las dos extractivas; muy distintas, con distintas historias. Pero así como se están pensando condiciones para desarrollar Vaca Muerta hacia adelante, tenemos que pensar condiciones para desarrollar el potencial minero hacia adelante. Si seguimos como estamos, nos vamos a quedar sin minería.
Lo que buscamos es trabajar en la posibilidad de generar políticas públicas que acompañen el desarrollo de nuevas inversiones, que por el solo hecho de desarrollarse van a dejar mucho más que la retención que puede dejar hoy lo que estamos produciendo. Si logramos balancear eso, entendiendo la coyuntura de hoy pero legislando para el futuro, yo creo que de acá a un año podemos llegar a poner en marcha las posibilidades de desarrollo de la industria minera en distintos focos de la Argentina, incluyendo aquellas provincias que hoy no están aceptando la industria.
El sector del petróleo y del gas tiene un centenar de años; ha evolucionado y ha desarrollado poblaciones, y ha hecho resurgir localidades y regiones. Un sector con mucho peso específico por su historia y por lo que representa. La minería tiene 25 años de desarrollo; somos nuevos como jugadores pero podemos generar tanto de acá para adelante en la medida en que podamos sentarnos y plantear nuestro escenario. Queremos generar ideas que se traduzcan en proyectos superadores de esa idea rentista que se tiene de la minería.
¿Cuál es la visión del sector gremial minero en ese sentido?
—El trabajo con el gremio siempre ha sido, es y será lo más importante para el sector; no solo es una estrategia, sino que es la única manera de hacer minería. Personalmente, pienso que AOMA (Asociación Obrera Minera Argentina) es un gremio muy moderno que entiende de la competitividad que necesita el sector y de la responsabilidad de hacer un trabajo seguro. Y siempre ha alzado la voz en ese sentido.
En esa línea, el mejor aliado recíproco que tenemos es el gremio que también está pensando como nosotros, en cómo generar inversiones que le den alternativas de desarrollo y crecimiento a la gente, y en cómo colaborar para que se generen políticas públicas en pos de este objetivo, con una visión ampliada que no se limita solo a los mineros sino que apunta al beneficio de toda la ciudadanía.
¿Cuáles son los emprendimientos que pueden cambiar la matriz productiva minera en la Argentina?
—Los proyectos de cobre y de litio. En esos mercados tenemos ventanas de oportunidades; si no las aprovechamos, puede que esto que estamos hablando ahora desaparezca. Si podemos plantear nuestro escenario y demostrar la ventana de oportunidades que se nos está abriendo, logramos los consensos necesarios para desarrollar la industria.
Hoy los proyectos de cobre son los que están priorizados frente a cualquier otro proyecto de oro en la Argentina. Pero tampoco podemos desarrollar todos nuestros proyectos de cobre mañana, porque no están maduros y no tenemos los recursos humanos ni la provisión de bienes y servicios apropiados para poder desarrollar ese segmento ya mismo.
Tenemos tres años para preparar el terreno, siempre y cuando hoy se tomen las decisiones adecuadas porque, si no, esos tres años están corriendo la línea de largada cada vez más adelante. Si los proyectos de cobre no empiezan a factibilizarse en tres años, perdemos el tren.
¿Qué pasó con el potasio? Potasio Río Colorado perdió absolutamente todo. Hoy sigue siendo el mismo proyecto, pero veo muy difícil que se haga, porque ya no tiene el precio que tenía, no tiene la demanda que tenía. Se perdió una oportunidad muy grande.
¿Cuáles son esos proyectos?
—Filo del sol, Pachón, Josemaría, en la provincia de San Juan; Taca Taca en Salta; Agua Rica en Catamarca son los emprendimientos de cobre grandes que están más cerca del punto de largada. También tenemos el proyecto de plata Navidad, que aguarda definiciones en Chubut, y también es muy importante. Y en menor escala, se están desarrollando proyectos que, aunque no son grandes en volumen de inversión, también dinamizan regiones. Como los de oro Lindero en Salta, que está a punto de iniciar su producción, o Calcatreu en Río Negro, que está por entrar en factibilidad el año que viene. Tenemos que ver si dan los números, primero hay que hacer un estudio preliminar.
¿La ley de glaciares es un impedimento?
—Creo que hoy es un tema a resolver que debería ser parte de la agenda pública en caso de que veamos este escenario de inversión hacia futuro y no de cerrarnos hacia el futuro. No todos los proyectos tienen ese problema, pero sí es un tema a considerar y tiene que haber una comunión en el trabajo del sector público nacional y el provincial que genere una regulación que te permita analizar proyecto por proyecto con una línea de base previa razonable. Nadie quiere destruir un glaciar, y tampoco tengamos la idea de que todos los glaciares son como el Perito Moreno. Nadie mejor que los especialistas en estos temas para tomar las consideraciones técnicas apropiadas de las cuales me excluyo y deberían excluirse aquellos que no entienden pero opinan.