Registro arqueológico en zonas mineras
No es ningún secreto que mediante la perforación del suelo en emprendimientos mineros se hacen descubrimientos asombrosos para la historia de la humanidad. En la zona del Macizo Deseado, por ejemplo, se está buscando preservar un registro arqueológico de 12 mil años de antigüedad que se encuentra en una zona de explotación minera.
La empresa peruana IRL Patagonia se encargó de contratar a un equipo de arqueólogas formadas por Patricia Campan, Patricia Madrid y Flavia Carballo Marina y llamadas EIA, con la tarea de evaluar y valorizar los bienes arqueológicos ubicados en las áreas que opera la compañía. Uno de ellos es el proyecto Don Nicolás, cerca del paraje Tres Cerros en el Macizo del Deseado. Estas investigaciones permitirán ubicar las zonas que son más sensibles desde un punto de vista arqueológico.
La idea es determinar cuáles serían los sectores que se verían más afectados por una acción antrópica, y buscar restos materiales, como artefactos líticos, fogones, restos óseos de guanaco o de otro recurso animal, entre otras cosas, que sean evidencia de las actividades realizadas por las primeras poblaciones humanas de la zona de Santa Cruz. El registro arqueológico es la única forma que se tiene para conocer el pasado ancestral, y esto es una muestra de interés de mantener el patrimonio histórico de la provincia.
El Macizo del Deseado, donde se realizarán los estudios, tiene unas particularidades únicas: se trata de una importante reserva con cuantiosos prospectos de oro y plata de primer nivel. Está comprendido por una meseta de rocas volcánicas del Período Jurásico con fracturas ocasionadas por los sistemas epitermales del oro y de la plata. En esta zona de la provincia, además, se encuentran ya varios registros de actividad humana antigua, por lo que es un sector de interés desde el punto de vista de la ocupación humana de Santa Cruz.
Además, en este lugar se encuentran los registros más tempranos de la ocupación humana en la provincia, que llegan a los 12 mil años de antigüedad. Por eso, cabe destacar la importancia de que las empresas se interesen por asuntos de esta índole, y no busquen como se pensaría normalmente un rédito económico. Las mineras comprenden el interés y valor que la comunidad le da a los registros arqueológicos y participa con ella para preservarlos y encontrarlos.