Mitos y Verdades de la minería
Compartimos a continuación la opinión de Federico Renjifo, Ministro de Minas y Energía de Colombia, publicada el pasado 5 de Diciembre en el sitio web Geonavitas.
Mitos y Verdades de la Minería
(Por Federico Renjifo, Ministro de Minas y Energía de Colombia)
Colombia tiene un gran potencial, tanto en minería como en agricultura, y ambos sectores pueden coexistir y prosperar aplicando políticas de buenos vecinos.
En el Plan de Desarrollo, el gobierno del presidente Santos trazó tres grandes metas: más seguridad, más empleo y menos pobreza. Para cumplirlas ha aumentado notablemente la inversión social: unificó el plan obligatorio de salud -POS-, implementó la gratuidad en la educación básica, está construyendo 100.000 viviendas gratis para los más pobres, reparando a las víctimas de la violencia y restituyendo las tierras a los despojados. Y está realizando importantes inversiones en sectores estratégicos, como infraestructura y agricultura. Todo esto necesita ingresos estables. Así lo
indica la importancia que tiene el sector en el marco fiscal de mediano plazo.
Sabiamente aprovechadas, las industrias extractivas producen grandes beneficios para el país. El sector minero-energético está creciendo a tasas superiores al 14 por ciento y jalando a otros sectores de la economía. En el 2011, este sector aportó 32,3 billones de pesos a las arcas públicas, entre regalías, impuesto de renta y dividendos. Esta cifra es equivalente a todo el presupuesto de inversión del Gobierno Nacional para el mismo año; y se destinó a escuelas, carreteras, hospitales y programas sociales como Familias en Acción. Solo las empresas mineras (excluyendo hidrocarburos) pagaron 2,5 billones de pesos en impuestos y regalías en el 2011. Como país, tenemos que reconocer la utilidad pública de la industria minero-energética y seguirla protegiendo y promoviendo.
Al igual que la agricultura, la minería es una de las cinco locomotoras identificadas por el presidente Santos como sectores estratégicos. Por eso, en el Ministerio de Minas y Energía nos preocupa que alrededor de la minería se esté tejiendo una leyenda negra con base en mitos y malentendidos. Uno de ellos es que hay un conflicto por tierras entre la minería y la agricultura. Para promover el desarrollo rural no es necesario escoger entre la una y la otra. El verdadero desarrollo rural del país se logrará al combinar la minería y la agricultura de manera responsable y sostenible.
Estas dos actividades no compiten por tierra. La minería no es una actividad extensiva en el uso del terreno. En Colombia existen hoy 9.400 títulos mineros que cubren 5,6 millones de hectáreas. De estos 3.760 están en explotación y abarcan cerca de 2,1 millones de hectáreas, un área cercana al 1,8 por ciento del territorio nacional.
No toda el área de un título minero en explotación se utiliza en minería. En Chile, en promedio, el 6 por ciento del área de un título en explotación está intervenida; en Perú es el 8. En Colombia todavía no tenemos un dato preciso -se está haciendo un estudio que se entregará en mayo del año entrante-, pero debe ser menor, ya que la mayoría de la minería en Colombia es subterránea, mientras que en Perú y Chile se desarrolla a cielo abierto. Aun usando la cifra de 8 por ciento de impacto sobre el área de un título en explotación, en Colombia nos daría una cifra total de área de superficie intervenida por la minería de 168.000 hectáreas o el 0,14 por ciento del territorio nacional. Es decir, menos de lo que está sembrado en plátano en el país.
Algunos dirán que el problema no son los títulos actuales, sino los que están solicitados. Debe aclararse que una solicitud de un título minero es una expectativa, no un derecho adquirido. El Gobierno está haciendo una revisión rigurosa de cada solicitud antes de aprobarla. En el 2009, el 10 por ciento de las solicitudes eran aprobadas; hoy, la cifra es del 3. Adicionalmente, los títulos aprobados van a tener una mayor fiscalización de la nueva Agencia Nacional de Minerales.
Colombia tiene un gran potencial, tanto en minería como en agricultura, y ambos sectores pueden coexistir y prosperar aplicando políticas de buenos vecinos. Tenemos que trabajar juntos -minería y agricultura- para lograr la principal meta del Gobierno: prosperidad para todos.
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