Minería sustentable, a favor del medioambiente
A menudo se plantea el argumento que el concepto de desarrollo sostenible es incompatible con la industria extractiva de minerales y que la minería en cualquier forma no es sustentable. Sin embargo, considerando que los bienes materiales de la sociedad moderna están fabricados en su mayor parte con productos minerales y que una característica de nuestra especie es la búsqueda de mejores condiciones de vida para nosotros y nuestras familias, por lo que estamos moralmente obligados a considerar el asunto del desarrollo sustentable en todos los aspectos de nuestras vidas.
El Informe Brundtland de la Comisión Mundial del Ambiente y Desarrollo (Naciones Unidas, 1987, p. 43) define desarrollo sustentable como “lograr las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para lograr sus propias necesidades”. Con esto no se intenta decir que el desarrollo no debe tener ningún impacto, esto es imposible. Por el contrario, lo que se intenta es indicar que debe haber un balance entre el impacto causado y la capacidad del planeta para acomodar el cambio.
Por ello, cuando se considera la sustentabilidad de la industria minera la opción de prohibir la actividad no es una consideración real, pero todas las otras facetas de la industria deben ser revisadas. La sustentabilidad de la industria minera descasa en tres bases que incluye aspectos económicos, ambientales y sociales que deben ser considerados por separado, e integrarse para lograr una solución sostenible. Además, para que la sustentabilidad sea real se requiere de una cuarta base que son las políticas gubernamentales.
Desde el punto de vista económico, existen numerosos ejemplos en los que los avances tecnológicos actuales son más rentables, tanto para lo ambiental como para lo económico. Del mismo modo, la planificación creativa durante el cierre de minas puede dejar sitios que generen ganancias como recreativas, ambientales o industriales, las cuales pueden cubrir parte o incluso dar ganancias respecto la inversión de reclamación del terreno. Existen sobradas razones económicas para invertir en prácticas sustentables en minería, ya que muchas de ellas a la larga prometen mayor rentabilidad, aunque ciertamente en plazos más largos que lo percibido por los mercados de valores. Por este motivo la sustentabilidad de esos mercados de inversión merece el escrutinio de reguladores, así como nuestros gobiernos, más que la industria minera misma.
En cuanto a lo ambiental, el hecho concreto es que las minas modernas bien manejadas tienen un impacto extremadamente bajo. Por ejemplo, la calidad de las aguas liberadas de las minas en muchos países por ley deben cumplir estrictos requerimientos y en muchos casos deben ser más limpias que las aguas superficiales naturales o incluso pueden ser potables. Sin embargo, la percepción pública es que la minería es una industria sucia, una reputación derivada de desastres poco frecuentes, pero muy publicitados. Como toda industria, la minería impacta en el ambiente, y lo hace de 3 formas: impacto visual, impacto en ecosistemas y potencial impacto químico. El impacto visual es una consideración subjetiva y una preocupación en los países donde la belleza natural es un recurso valioso. Sin embargo, el patrimonio histórico heredado también es un fuerte preservador y a menudo fuente de turismo, como se señaló anteriormente. El desafío tecnológico mayor se relaciona con el manejo de desechos mineros, incluyendo relaves y desmontes, aguas industriales y de escurrimiento. El derrame de relaves y liberación de aguas tóxicas son los impactos más negativos y más comunes de la minería, pero existen tecnologías adecuadas para reducir y hasta para eliminar el riesgo de esos impactos.
Respecto de lo social, a la industria minera la precede la reputación de afectar negativamente a las poblaciones locales, de modo que la sociedad inmediatamente desconfía y a priori es contraria a propuestas mineras. Por ello resulta importante la educación pública explicando los riesgos y beneficios de la minería. La minería actual presta mucha atención al desarrollo de la sociedad que existió previamente en el lugar de la explotación o que creció en torno a un sitio minero durante su evolución y particularmente después del cierre de la mina. Las mineras saben que una solución sustentable no es simplemente distribuir dinero, y por ello invierten recursos considerables en infraestructura social (como escuelas, hospitales, desarrollo de industria secundaria, y, sobre todo, entrenamiento técnico y administrativo) para asegurar que el dinero pagado en compensación no sea desperdiciado y que persista la inversión en el futuro de la sociedad una vez que inevitablemente la mina cierre.
La minería, como todas las actividades antrópicas, ocasiona impactos negativos y positivos sobre el medio ambiente. La minería sustentable trabaja en favor de minimizar los negativos y hacer que los positivos se conviertan en una fuente de elevación de la calidad de vida.