Minería subterránea, la tendencia que crece en el mundo
En Chile, el presidente ejecutivo de Codelco, Thomas Keller, explicó la histórica transición en el modelo productivo de Chuquicamata, la mina más emblemática del país y la tercera con mayor producción de la estatal: el paso de rajo abierto a subterránea.
Esta mina a rajo abierto, la más grande del mundo, pasará a ser subterránea en 2019. Para eso son necesarios menos trabajadores y más especializados, por lo que la minera acordó un reajuste salarial del 3,7%, un bono por $16,8 millones y un crédito por trabajador de $3 millones. La conversión de Chuquicamata hará que este yacimiento disminuya en 97% la emisión de polvo en suspensión, a pesar de que la estatal planea construir 1.200 kilómetros en túneles, según explicó Fidel Báez, gerente Proyecto Minería Subterránea de Codelco.
La tendencia es mundial y no sólo sucede en Chile. En la actualidad, la última tecnología en minería está enfocada a los yacimientos subterráneos, y se prevé que el porcentaje de extracciones mineras subterráneas vuelvan a ser el dominante de la industria en un plazo de 20 años.
Para Raúl Castro, jefe del Grupo Diseño Minero del AMTC y director del Laboratorio Block Caving de la Universidad de Chile, esto se explica porque la minería subterránea sólo entrega ventajas: por un lado estos yacimientos son más eficientes, y a la vez evitan conflictos con las comunidades porque son menos contaminantes que los de rajo abierto. De esta manera, las inversiones son más seguras de materializar.
Además, este tipo de yacimientos significan un ahorro en seguridad, energía y tiempo, porque en una mina subterránea los viajes son más cortos, se usa menos energía y más tecnología, por lo que también se requiere menor mano de obra, con lo que cae la tasa de accidentes en las faenas.
En el caso de Chuquicamata, el proyecto subterráneo dejará a ese yacimiento como uno de los con menores costos de la industria, principalmente por las grandes concentraciones de molibdeno y por el ahorro estimado de 50% en energía.
Benghami Canyon, la segunda mayor mina a rajo abierto del mundo, también está en proceso de llevar su producción a bajo tierra y, otras grandes mineras, como Río Tinto, esperan que el 50% de su producción sea subterránea para el año 2025.