Minería a Cielo Abierto
Compartimos a continuación la opinión del Ing. Juan Carlos Perucca, Profesor Emérito de la UNSJ, publicada el pasado 18 de Enero en la versión online del Diario de Cuyo.
Minería a Cielo Abierto
(Por Ing. Juan Carlos Perucca, Profesor Emérito de la UNSJ)
En términos muy generales, existen en minería dos métodos de explotación que se aplican en todo el mundo: el más clásico es el subterráneo, utilizado para los yacimientos que se presentan en vetas o cuerpos profundos de mineral muy rico, beneficiado con labores que pueden llegar a los 3.000 metros de profundidad (Sudáfrica). Estos métodos más tradicionales han sido utilizados en San Juan para su minería metalífera tradicional en Las Carachas, El Fierro, Castaño Viejo, Hualilán, Marayes, Arrequintín, Tocota, Hualcamayo, El Salado, Chita, etc., así como en varios yacimientos no-metalíferos en el Pie de Palo, Barreal, Rodeo, Pata de Indio, Quebrada Blanca, etc.
El otro método común en el mundo es el llamado ‘a cielo abierto’, utilizado para explotar los yacimientos de tipo diseminado o en venillas (stockwork), así como para rocas industriales y ornamentales (calizas, mármoles, granito, lajas). Existen otros diversos métodos que suelen aplicarse a casos particulares (solución, dragado, ‘cosecha’, etc.) pero la minería a cielo abierto es la modalidad generalmente aceptada para explotar con rendimiento económico minerales cuya característica principal es un enorme volumen y un bajo contenido en sus elementos valiosos (metales o piedras preciosas) por unidad de peso o de volumen. La posibilidad de operar con equipos de grandes dimensiones (excavadoras y camiones) permite que la extracción se realice a escalas llamativas, del orden de las 100 a 300 mil toneladas diarias, lo cual se traduce en muy bajos costos unitarios adecuados para minerales de muy bajo contenido valioso por tonelada o metro cúbico de roca.
Hoy existen en el mundo numerosos ejemplos de explotaciones (‘faenas’) a cielo abierto de gran escala, de las cuales varias se encuentran en países hermanos. En Brasil se explotan a cielo abierto enormes yacimientos de hierro y manganeso, mientras en Perú de benefician pórfidos de cobre con molibdeno y oro en Antamina, a unos 280 km de Lima, a razón de 340.000 toneladas diarias; de este mismo tipo son Quellaveco, Toquepala y Cuajone, a unos 120 km de Arequipa. A su vez, en Chile opera Chuquicamata, una de las más importantes explotaciones de pórfidos de cobre del mundo, a unos 200 km al Oeste de Antofagasta, mientras las modernas Escondida y Escondida Norte se ubican a unos 130 km de dicho puerto. Más cerca nuestro, junto al límite internacional de Calingasta y a unos 100 km al Oeste de Barreal, se explota del lado chileno el yacimiento Los Pelambres a razón de unas 200.000 toneladas diarias.
En México se explota a cielo abierto y a ritmo similar la mina de Cananea, mientras en los EEUU son numerosos los yacimientos de estas dimensiones (algunos ya agotados) en Nuevo México, Colorado, Arizona y Nevada, entre los que se destaca el más grande del mundo, Bingham Canyon, en Utah y a unos 30 km de la capital estatal Salt Lake City, en el cual se arrancan diariamente 650.000 toneladas de roca y mineral. En Europa se conocen también numerosas minas a cielo abierto, como los mantos de carbón de Alemania y Polonia, la bauxita en Les Baux (Francia) de donde surgió el nombre de ese mineral aluminoso. En Italia se ha recuperado el paisaje en viejas canteras de mármol de modo tan efectivo que resulta difícil ubicarlas sin la ayuda de un guía experto.
Es de suma importancia hacer notar que lo que todos conocemos como ‘canteras’ son realmente minas a cielo abierto, cuya única diferencia es el tipo de mineral beneficiado, se trate de rocas, minerales industriales o metalíferos. En San Juan son muy numerosos los ejemplos de estas explotaciones mineras que desarrollan su actividad sin inconvenientes aún a pocos kilómetros de la ciudad o pueblos vecinos. En Zonda están las canteras de caliza a no más de 20 km de nuestra capital; en La Laja y el Villicum se ubican las dos más importantes explotaciones a cielo abierto, con varios cientos de toneladas diarias de caliza-dolomita en bancos horizontales muy similares a las minas metalíferas.
En Los Berros se ubica el centro calero más importante del país por cantidad y calidad, con frentes de explotación e instalaciones industriales a pocos metros del pueblo. Todas son verdaderas minas a cielo abierto ya integradas a la economía provincial sin inconvenientes mayores, donde se han creado pantallas naturales que contribuyen a disimular su presencia, constituyendo de este modo un ejemplo concreto de cuanto se puede aplicar también a la minería metalífera. La mejor experiencia a extraer del ejemplo Los Berros es que esta industria extractiva ha permitido el desarrollo y bienestar de la población, llegando a ser esta localidad un centro industrial minero donde la demanda de mano de obra superó a la oferta en los años negativos de 1997 a 2002.
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