Medio ambiente y Minería
Mónica Echenique es Antropóloga y docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Jujuy, experta en temas que vinculan a la actividad minera con diferentes comunidades de la Puna. Bajo la premisa de que «en principio toda actividad humana plantea algún grado de impacto en relación al medio ambiente», la especialista señaló que el diálogo y los acuerdos son claves para la actividad.
Respecto del impacto al medio ambiente, Echenique comentó: “pensemos por ejemplo en la actividad agrícola, esta provincia es una importante productora de caña de azúcar y tabaco, necesariamente en algún momento histórico hubo que eliminar zonas de bosques o montes para poder plantar las especies mencionadas. Ello evidentemente generó un impacto dentro del medio ambiente. La minería, en tanto actividad humana, también genera un impacto en relación al medio ambiente”. Asimismo advirtió que «hay como un discurso instalado desde los medios que vincula negativamente a la actividad minera con los problemas del medio ambiente. También es cierto y hay que decirlo, que en la actualidad el tema del medio ambiente ha cobrado una importancia que hace 40 o 50 años atrás no tenía. Y también debemos mencionar que algunas empresas en el pasado, dejaron pasivos medioambientales que afectaron de alguna forma la vida de algunas poblaciones”.
La experta -autora de diferentes trabajos sobre la problemática de los sectores productivos, especialmente los de la industria minera- señaló además que «en principio las diversas comunidades que habitan la puna jujeña, tratan de cuidar al máximo posible el medio ambiente, pero son también conscientes que en la actualidad la minería constituye una actividad que, realizada con todas las previsiones medioambientales posibles, puede ser una alternativa de trabajo y de cambio en su calidad de vida”.
Por otra parte, Echenique destacó que las actividades mineras «constituyen efectivamente una posibilidad de trabajo digno y bien remunerado para las personas (sobre todo hombres jóvenes) que viven en lugares muy alejados de los centros urbanos, en los cuales con excepción de la cría de ganado menor, no hay muchas maneras de ganarse la vida».
En este sentido, y en relación directa con la minería, señaló también que «implica necesariamente un diálogo y una búsqueda de acuerdos entre tres protagonistas: las comunidades, las empresas y el Estado. Cada uno de estos protagonistas desempeña un papel distinto: las comunidades buscan defender sus intereses y lograr tener acceso a cierta tecnología que les permita una vida mejor. Pensemos por ejemplo que una camioneta constituye no solo un medio de movilidad, sino también la posibilidad concreta de salvar la vida de alguien que debe será atendido en un hospital que está a cientos de kilómetros».
Para finalizar, la especialista se refirió al rol del Estado, diciendo que «el Estado debe bregar por defender los intereses de la población en general y de las comunidades en particular, pero todo ello sin descuidar las políticas que le permitan llevar adelante la radicación de nuevas industrias que traen aparejadas la necesidad de mano de obra, es decir, la generación de nuevos puestos de trabajo genuinos».