Lombrices sustentables para minería
En Chile, el «Sistema Tohá» es una tecnología innovadora y ecológica de procesamiento de aguas servidas con proyecciones de exportarla a la India.
En la actualidad, a 3.300 metros sobre el nivel del mar, en la precordillera de la Región de Antofagasta, miles de lombrices rojas californianas (eisenia foétida) trabajan todos los días en la mina de cobre Barrick Zaldívar, procesando los desechos de 2.500 personas para transformarlos en agua limpia que puede ser reutilizada. Lo mismo ocurre en la Base Eduardo Frei Montalba en la Antártida chilena, y en la comuna de Peñalolén, donde Juan Echeñique revisa su pequeña planta de desechos que tiene en su casa de la Comunidad Ecológica. Estos son sólo algunos ejemplos de los más de 200 proyectos particulares, establecimientos educacionales, comunidades, barrios y muchas empresas en Chile que utilizan el sistema de procesamiento de aguas residuales denominado como “Lombrifiltro” o “Sistema Tohá”.
Muchos países, como México, Ecuador, Venezuela y Argentina, están interesados en la tecnología. La empresa asiática Ecosoft está capacitándose y visitando plantas de tratamiento con el objetivo de implementar el sistema en Singapur e India. Al respecto, el ingeniero Raúl Fernández, gerente de proyectos de la Fundación para la Transferencia Tecnológica, entidad ligada a la Universidad de Chile que tiene la patente para implementar el Sistema Tohá, señaló que. “Éste es un salto tremendo para nosotros, tomando en cuenta que India es un mercado gigante y donde está todo aún por hacer”.
El Dr. José Tohá fue quien desarrolló el innovador método a partir de una investigación realizada a mediados de los 90 en el laboratorio de Biofísica de la Universidad de Chile, con el objetivo de tratar aguas servidas para mil personas en la ciudad de Melipilla, en las cercanías de Santiago. El novedoso sistema fue denominado “filtro aeróbico dinámico” y en 2000 el método fue patentado como “Sistema Tohá” en honor a su creador. Hoy es conocido comercialmente como Lombrifiltro o Biofiltro y varias empresas están autorizadas a construir las plantas que pueden llegar a tener un gran tamaño, como la ubicada en El Melón, que atiende a 12.000 personas con un afluente de 1.500 m3 diarios.
Esta metodología es de gran relevancia en innovación y soluciona un problema que existe en todos los rincones del mundo: los desechos orgánicos. Los sistemas convencionales de tratamiento de aguas residuales producen lodos y fuertes olores. En cambio, las fecas de lombrices originan una serie de microorganismos que se transforman en un subproducto absolutamente sustentable. Otra ventaja radica en la alta «voracidad» de estas lombrices, pueden vivir en grandes poblaciones y poseen una fuerte tasa de fecundidad, lo que le otorga un bajo costo y mayor eficiencia productiva, sin necesidad de usar productos químicos y de fácil mantenimiento. Es por esto que el sistema es flexible y puede adaptarse a comunidades, colegios, barrios y uso particular.