Las normas ISO 14.000 y sus alcances en la minería y la producción
Para una empresa, certificar las normas ISO 14.000, es brindar a la comunidad un indicio de que sus tareas, conductas y sistemas son diseñados teniendo en cuenta la preservación del ambiente, dato por demás relevante para quienes invierten en las bolsas del mundo. El cumplimiento de las normas ISO 14.000 asegura, esencialmente, que quien las sigue está reduciendo al mínimo las posibilidades de provocar efectos no deseados en el medio ambiente, aplicando conductas y procedimientos en los que el resguardo ambiental está siempre presente.
Las normas ISO 14000 son una de las certificaciones más difíciles de obtener y de mayor significación en la industria minera, ya que abarca varios aspectos que hacen al resguardo del medio ambiente. En términos simples, estas normas constituyen un sistema de poner en práctica procesos de trabajo, aplicable a cualquier empresa, que toma como variable a respetar y honrar una positiva gestión ambiental, es decir, un sistema diseñado para obtener un equilibrio entre la rentabilidad de cualquier empresa y la reducción de los impactos que pudiera producir en el ambiente, estableciendo herramientas y protocolos enfocados a los procesos de producción y a los efectos que éstos puedan tener en el medio ambiente.
Con el objetivo de certificar estas normas internacionales, cada vez más empresas de primera línea llevan adelante acciones que representan una importante inversión en horas de trabajo y adecuación de sistemas y protocolos, para así poder respaldar su accionar basado en parámetros mundiales de calidad.
Las normas ISO 14.000 nacieron a partir de la decisión tomada en la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en 1992 en Río de Janeiro. A partir de este encuentro surgió el conjunto de normas básico (que ha ido revisándose y perfeccionándose a la luz ade la experiencia y las nuevas tecnologías) en 1996, revolucionando el campo empresarial tanto en aspectos técnicos como legales. Para una empresa, aplicar la Norma ISO 14.000 implica reconocer la necesidad de integrar la variable ambiental en todas las decisiones empresariales que se adopten, y permite obtener ahorros de costos a través de la reducción de residuos y el uso eficiente de recursos naturales como la electricidad, el agua y el gas. Para la comunidad, los entes de control, los accionistas y los mercados, el saber que una empresa realiza sus labores productivas con apego a las normas ISO 14.000, otorga la seguridad de la calidad y fiabilidad de las tareas que se desarrollan allí, pues quien las aplica contribuye a una mejor calidad de vida al asegurar el transporte, el uso de maquinaria e instrumentos garantizando que son seguros y confiables.
Es importante destacar que el proceso de certificación no termina en la obtención de dicha certificación –lo que en sí mismo constituiría un logro trascendente– sino que este estándar de calidad debe ser mantenido en el tiempo, motivo por el que la empresa se somete a monitoreos periódicos a fin de avalar el cumplimiento de las normas en forma permanente.
El cumplimiento de las normas ISO 14.000 asegura, esencialmente, que quien las sigue está reduciendo al mínimo las posibilidades de provocar efectos no deseados en el medio ambiente, aplicando conductas y procederes en los que el resguardo ambiental está siempre presente.