"La minería es industria de industrias"
El geólogo Guillermo Ambrosini, que lleva en su haber 35 años desempeñándose en distintas empresas del país, como en Sudamérica, brindó el pasado mes una charla sobre la actividad minera en el Centro Cultural Melipal, Esquel. Entrevistado en el ciclo radial Hablemos de Minería, que se emite los sábados por FM Esquel, contó que uno de los motivos que le llevó a dar la charla en la localidad, es “el daño que se le está haciendo a la industria y que me preocupa realmente”.
Consultado sobre el trabajo de derribar los mitos que circundan a la minería, Ambrosini indicó que “toda industria tiene un impacto. Por ejemplo la ganadería, si yo fuera un fanático de la pampa húmeda natural y la veo ahora cultivada y con vaquitas, es un impacto. Pero es un impacto positivo. El país vive de eso hace 400 años…no nos podemos quejar de ese impacto”, y luego brindó otro ejemplo, “ver un dique, como el caso de Itaipú o El Chocón, tienen también un impacto positivo”. Hablando de la actividad minera, expresó “es la primera de las industrias, es la industria de industrias”, y enfatizó que “la minería está en todos lados y no es sólo el oro, que parecería que es la que más conmoción produce porque es de un precio más caro o porque, aunque ahora hay un uso mucho más industrial del oro, tiene una connotación de reserva”.
Al respecto de los sectores que se oponen a la actividad minera, el geólogo afirmó que “me encantaría saber por qué. Cuando entras a Esquel, lo primero que vez es un cartel que dice “no a la minería” y yo me pregunto ¿por qué no?, que alguien me explique ¿por qué no?”. A esto agregó que la minería “no contamina; es perfectamente compatible con el turismo; no mata las truchas…”. y amplió diciendo “las truchas, los salmónidos, son unos de los peces más alcahuetes de contaminación. Y sin embargo en el yacimiento Cerro Vanguardia de Santa Cruz, en la laguna que está ahí nomás del dique de colas, sembraron truchas y tiene una producción de truchas bárbara…las he comido”. Más tarde en la entrevista Ambrosini propuso a los vecinos de Esquel que, “escuchen, abiertos. La mente es como un paracaídas: cerrado no sirve para nada”.