Carola Meglioli, Lic. en Biología de la Universidad Nacional de San Juan, explicó de qué se trata el banco de germoplasma: “Lo que hacemos es conservar semillas de plantas nativas en una cámara de frio”. Ya se realizaron este tipo de estudios en Josemaría, para continuar a partir de diciembre en Los Azules. “La minería permite abrir caminos para la ciencia, ya que, de otra manera, sería muy difícil realizar estos estudios”.
Carola Meglioli, Licenciada en Biología.
Bienvenida Carola ¿Cómo estás?
Muy bien, quiero agradecerte la invitación a tu programa. Aprovecho y mando un saludo a todos tus oyentes, te venía escuchando y leíste mensajes de Iglesia, yo me siento un poco iglesiana, así que le mando saludos a toda la gente de ese hermoso departamento.
¿De qué se trata el banco de germoplasma?, suena bastante futurista…
Básicamente es un banco de semillas. Lo que hacemos es conservar semillas en una cámara de frio, semillas de plantas nativas, en este caso de la zona de Calingasta, donde se localiza el proyecto Los Azules. En este caso en particular se trata de semillas tanto de vegas como de estepa, del área de influencia del proyecto minero.
¿Cómo se hace esta recolección? Imagino que comienza con un estudio…
Hacemos un muestreo poblacional que se realiza bajo estrictas normas internacionales, porque por más que suene innovador, lo del banco de germoplasma se hace desde hace tiempo y reviste prácticas que ya están bastante estandarizadas a nivel mundo a través de la FAO (Organización Internacional dedicada a los estudios de agricultura y alimentación). Ellos siempre han promovido esta actividad para conservar recursos fitogenéticos, que son todas las plantas que tienen un valor real o potencial para la alimentación y para la agricultura.
¿Las plantas que se encuentran en la cordillera sanjuanina han sido estudiadas previamente?
No tengo conocimiento de grandes o profundos estudios que se hayan realizado en materia de flora en alta cordillera, sobre todo porque son estudios muy caros y en lugares que son de difícil acceso. Tengamos en cuenta que estos estudios que hemos realizado en Josemaría y que haremos a partir de diciembre en Los Azules, se pueden realizar porque existe una infraestructura minera que permite realizar estos estudios. La minería permite abrir caminos para la ciencia, ya que, de otra manera, sería muy difícil realizar estos estudios. Lo mismo ocurrió recientemente con el descubrimiento de huellas paleontológicas. Si no se estuvieran realizando los estudios del camino al proyecto, no se hubiesen encontrado. La industria minera es una gran puerta para la ciencia aplicada en alta montaña.
¿Qué tipos de plantas o semillas se encuentran en alta cordillera?
En nuestra cordillera tenemos mucha flora que posee uso medicinal, se utiliza medicinalmente como el ajenjo, el tomillo, la poposa. Ese es el uso más conocido que tienen dentro de la comunidad, el uso común de los puesteros, crianceros, etc. Esta flora cambia un poco de Iglesia a Calingasta. Porque donde se localiza Los Azules, es una zona mucho más húmeda, con más vegetación de vegas. Las vegas son mucho más grandes y existe mayor cantidad de agua, eso genera cambios en las especies y en los ciclos.
Cada vez que pienso en este proyecto, me imagino esas grandes naves criogénicas futuristas donde se conservan todas las plantas y semillas de la humanidad. Las hemos visto en muchas películas.
Exactamente, lo hemos visto en muchísimas películas. Esa es nuestra idea, lo que hacemos es ir al campo, hacemos muestreo de poblaciones vegetales. Luego tomamos una muestra de semillas y las traernos al laboratorio del banco de germoplasma donde las limpiamos, las estudiamos, hacemos muchos ensayos de germinación para poder conocer cómo es la fisiología, recolectamos muchos datos en el campo que nos permiten conocer cómo es el ciclo de vida de esas especies. Nuestra primera campaña de campo en Los Azules, para hacer todo esto que menciono, está prevista ahora para mediados de diciembre.
¿Van ahora en diciembre por algún proceso natural de la vegetación?
Primero es porque el tiempo así lo permite, durante los meses de invierno es muy difícil ascender, y la mayoría de todas las plantas están cubiertas de nieve durante la época estival. Subir ahora también nos permite planificar futuras campañas de recolección, conociendo si están con flor, si ya tienen frutos, si los frutos están maduros, etc. Esto nos sirve muchísimo porque, como dije anteriormente, sabemos muy poquito de ellas. Luego bajamos estas semillas, las trabajamos en el laboratorio, guardamos una muestra y las conservamos a baja temperatura y con muy baja humedad. Todo esto lo guardamos en esta cámara de frio en donde conservamos las semillas a mediano y largo plazo.
¿De cuánto tiempo hablamos al decir mediano o largo plazo?
Ese ítem es algo que tenemos que descubrir justamente con estos estudios. Lo más probable es que se puedan guardar durante mucho tiempo, cuando hablo de muchos años, hablamos de diez años más o menos. Eso es lo que se considera mediano plazo, más de diez años es lo que ya se considera a largo plazo. La mayoría de las semillas de nuestra cordillera son dormantes, esto quiere decir que poseen dormancia o latencia. Esta característica implica que son semillas que no germinan por más que tengan todas las condiciones necesarias para hacerlo. En general, todas las especies vegetales de nuestra provincia tienen esa característica. Entonces, hay que hacer cosas para romper ese estado y que la semilla germine.
¿Esto hace que deba guardarse de una manera especial la semilla?
Esa dormancia es una característica fisiológica de las semillas que permite que las podamos conservar a baja humedad. Nosotros les bajamos un poquito su contenido de humedad a las semillas sin producirles, por supuesto, ningún daño, y las ponemos a baja temperatura y de esa manera las podemos conservar largos periodos de tiempo. Pero como dije, es algo que vamos a ir descubriendo.
¿Cuántas personas van a ir a hacer este trabajo en Los Azules y cómo se conforma el grupo?
Como te decía recién, nuestro tiempo es bastante acotado y se resume todo a los meses de verano. Vamos a ir a Los Azules ahora en diciembre, luego volveremos en febrero, y también en marzo. El equipo estará integrado por profesionales de la UNSJ, pero principalmente por alumnos también. Existe una normativa muy buena en la Facultad de Ciencias Exactas a través de actas complementarias que nos indica incluir en este tipo de estudios a un docente, al menos un alumno, y al menos un egresado que no tenga relación con la universidad. Lo bueno es que hay muchísimos alumnos interesados en formar parte de este trabajo, incluso algunos están haciendo su trabajo final o tesis en esta temática.
Si tuviéramos que ser muy escuetos y simplistas ¿por qué es importante un banco de germoplasma o semillas de estos sitios donde se desarrollarán los proyectos mineros?
Obviamente que la preservación de las semillas es uno de los objetivos fundamentales, pero principalmente también el conocimiento de todas las plantas que existan. Esto permite a futuro poder encarar programas de restauración ecológica de estos ecosistemas que pueden ser impactados por la industria minera. Si nosotros disponemos de las semillas, las vamos a poder estudiar, vamos a poder hacer plantas, o sea, producir plantas de estas especies, podemos trabajar mucho sobre las semillas y, bueno, digamos, tenemos mucho camino por delante para recorrer, para poder hacer distintos ensayos, incluso in situ.
¿Nos llega un mensaje y nos consultan a qué temperatura se guardan o almacenan las semillas?
Es una buena pregunta, nosotros estamos trabajando con freezer a una temperatura de menos -18°C. Obviamente vienen otros equipamientos donde uno puede hacer conservaciones a menos -80°C o incluso menos 160 grados -160°C. Pero por el momento disponemos de este freezer a -18°C que nos resulta perfecto. Obviamente hablamos de todo un sistema que necesita robustez y medidas de seguridad, porque no puede fallar nunca, o sea, nunca puede quedarse sin electricidad.
Publicado por la Cámara Minera de San Juan el 28/11/20024