La catedral de Sal más antigua
Ubicadas a 14 kilómetros de la ciudad de Cracovia, en Polonia, las minas de sal de Wieliczka son uno de los establecimientos industriales más antiguos y de mayor tamaño de Europa. Con producción de sal de mesa hasta 1996, las minas son conocidas por guardar en su interior a una catedral de sal subterránea, ya que durante años los mineros que allí trabajaban se dedicaron a esculpir infinidad de figuras, altares, estatuas y numerosos objetos de arte a lo largo de todo su recorrido. Entre sus espacios más impactantes se destacan la capilla de San Antonio, la Última Cena grabada en roca y el altar mayor de la Bienaventurada Kinga, este último tallado en la roca hasta el mínimo detalle como escalinatas, estatuas, relieves e incluso lámparas adornadas con cristales de roca de sal. Tanta es su belleza y la devoción religiosa iniciada por los mineros y extendida luego al resto de los pobladores, que en 1978 la UNESCO declaró el lugar como Patrimonio de la Humanidad.
Estas impresionantes minas de sal, de 3,5 kilómetros de longitud que se encuentran repartidos en 9 niveles que llegan a alcanzar 327 metros de profundidad, empezaron a operar en el siglo XIII y constituyen además un testimonio único en el mundo de los viejos sistemas de explotación del yacimiento, drenaje, iluminación y ventilación de las minas. En su mayor auge, estas minas representaron el 30% de los ingresos de Polonia. La actividad turística en las minas remonta al siglo XIV, cuando se permitió el acceso para su visita a relevantes personajes de la corte de los reyes polacos, pero fue impulsada a partir del siglo XVI cuando se le imprimió un objetivo cultural. El lugar consta además de una cámara habilitada para celebrar conciertos, un museo, un restaurante, un lago subterráneo e incluso una sala que funciona como centro de tratamiento para personas con enfermedades respiratorias, debido a las propiedades beneficiosas del aire en el interior de la mina.
Por su antigüedad, a lo largo de los siglos la Catedral de Sal de Wieliczka recibió la visita de figuras destacadas de los más diversos ámbitos, como Nicolás Copérnico, Johann Wolfgang von Goethe, Alexander von Humboldt, Dimitri Mendeleyev, Ignacy Jan Paderewski, Robert Baden-Powell, Juan Pablo II y Bill Clinton, entre otros.