Insumos argentinos para la minería: sueño a realidad
Producir en Argentina bolas de acero de calidad para molinos de la industria minera parecía hace unos años una idea irracional. Se trata de un insumo básico para la actividad, que actualmente se importa en gran medida. Sin embargo, hoy es una realidad y cada vez más insumos demandados por la industria se fabrican en nuestro país. Una vez logrado, el círculo virtuoso es claro: ahorro de divisas para el Estado, trabajo para los argentinos, consolidación de cadenas de valor locales y proveedores sólidos para las empresas. En una palabra: desarrollo.
Decisiones como esta ya están en marcha en la actividad minera y hoy aproximadamente entre un 80 y un 90% de las compras de las empresas se hacen en el país, por valores superiores a los u$s 1 mil millones. El efecto multiplicador en términos de empleo es notable y termina por consolidar el beneficio que genera una actividad, que ya se convirtió en el quinto complejo exportador del país.
Más aún, resulta interesante destacar el enorme crecimiento que han experimentado las compras en las mismas provincias y localidades cercanas a los yacimientos, que en algunos casos llegan a representar más del 40% de las compras totales. Ello se traduce sin lugar a dudas en un impacto positivo para la población, mayor mano de obra local y oportunidades de negocio para los proveedores de bienes y servicios.
Por supuesto, para que el esquema funcione el compromiso del sector minero es clave, como también lo es la solidez de los proveedores a los que se les requiere abastecer a la industria en tiempo y forma.
En este contexto, se debe tener en cuenta un dato no menor: el saldo favorable de las operaciones de comercio exterior de las empresas mineras ha sido en el año 2013, superior a los u$s 3.500 millones. En tiempos como los actuales, es un dato que no debe dejar de observarse y conocer. Sobre todo, considerando el potencial del sector y la posibilidad de que dicha cifra se incremente de manera importante.
Ejemplos como el de las bolas de acero para molinos mineros hay muchos, como pueden ser telas filtrantes, bandas transportadoras, reactivos, bolsones para concentrado de mineral, mantos y cóncavos para trituradoras, etc. También la creación de empresas asociadas a la industria, que además pueden abastecer al mercado con productos de consumo masivo. Suena poco común, pero hay ejemplos interesantes. Por caso, el de la planta embotelladora de agua mineral Nao Victoria, aguas abajo del proyecto minero Cerro Vanguardia en San Julián, provincia de Santa Cruz. Allí, desde hace casi dos años un proveedor local abastece de agua mineral al yacimiento y se apresta a exportar su producto a los países del Mercosur. De esta manera se cierra un ciclo en el que la minera no solamente proveyó los fondos para desarrollar el proyecto, sino que además aporta su capacidad de compra y consumo para posibilitar el afianzamiento de la empresa en su primera etapa de producción, que es cuando más críticas se presentan las posibilidades de continuidad.
En otras industrias, como la petrolera o la automotriz, abundan casos de éxito de características similares. El desafío es consolidarlos y multiplicarlos. Lograr que las industrias madre ayuden a sus proveedores a dar sus primeros pasos y que también luego puedan valerse por sí mismos, desarrollarse y competir de forma exitosa a escala nacional y regional. Es posible hacerlo. Y es central trabajar para que esos miles de millones de dólares que ingresan al país producto de las exportaciones de commodities se conviertan en más y mejores puestos de trabajo y ayuden a que el talento local pueda desplegarse en toda su capacidad.