Hay futuro en la cantera
Quien dice en el futuro también saldrá vino de esta cantera de piedra, no está recurriendo a una ironía. Fluorita Córdoba SA acaba de recibir un premio provincial a la ecosustentabilidad ¡y es una minera!
Enclavada a 1.250 metros de altura, cerca de Río de los Sauces, la empresa desarrolla una fuerte apuesta a la preservación con el objetivo claro de mantener firme su negocio: la producción de fluorita flotada y serpentinita, dos insumos industriales. Ricardo Martínez lidera ese proyecto familiar que tuvo que reponerse de no pocas situaciones de crisis.
“Esta es la tercera generación que administra la empresa fundada por Santos Heriberto Parodi en los años ‘50. Él era un famoso urólogo de la Córdoba de entonces, amante del campo, la caza y la minería. Tenía unos pesos dando vueltas y lo entusiasmaron con la minería”, recuerda.
–Lo entusiasmaron.
–Sí, la minería se presta a la creación de fábulas, como fue la fiebre del oro. La quimera de llegar a la producción y la generación de riqueza. Es algo que viene de siglos, con 500 mil fracasos y un acierto. La minería tiene otra característica que es la resiliencia: la capacidad que tienen los minerales para adaptarse a las tensiones a los que son sometidos.
–Creía que me hablaba de la resiliencia como empresario.
–Trasladado a las ciencias sociales es justamente eso, las tensiones emergentes de las distintas crisis y cambios de escenarios del país, nos convirtieron en resilientes. Fluorita Córdoba viene de Minera Bamba, que es la empresa que fundó mi suegro. Pasamos por cuadros muy diferentes. Es muy difícil hacer minería en la Argentina. Por eso cuando vinieron al país las grandes empresas mineras, la actividad apareció con más intensidad en la escena pública.
–Pero lo que hacen en la Cordillera y lo que se hace en Córdoba o San Luis, son actividades con procesos y escalas muy diferentes.
–Lo son pero en su escala necesitamos aplicar los mismos procesos: exploración, preparación, explotación. Y esos procesos llevan mucho tiempo y muchas inversiones. Explorar es encontrar el yacimiento y determinar la capacidad económica y la rentabilidad futura del yacimiento. En Córdoba hubo experiencias diversas en ese sentido.
–Con aciertos y fracasos rotundos, tengo entendido.
–En su momento anduvieron bien experiencias como la explotación del tungsteno, en 1935 la Tungsteno Argentino era un emporio, incluso dio origen a una población.
–Me contaron que en las Sierras Grandes vinieron alemanes en los años ‘30 a explotar minas.
–Es muy probable.
–Uno de mis abuelos italianos era picapedrero ya en 1911. Esa gente trajo un conocimiento tremendo sobre la piedra.
–Córdoba tuvo muchos tipos diferentes de minería, pero a nivel de minería industrial con minerales de primera categoría como quarzo o la fluorita, tienen un precio internacional y en función de ellos las empresas deben manejarse. Yo puedo tener mucha fluorita, pero si sacarla me cuesta más que los precios internacionales, la actividad no funciona. Con ese límite tengo que manejarme.
–Ustedes explotan fluorita y serpentinita.
–La primera se extrae con 30 a 40 por ciento de pureza del yacimiento y tras procesarla por flotación la llevamos a un 97 por ciento de pureza. Ese material tiene luego numerosas aplicaciones en la industria. En algunas tenemos participación y en otras, no.
–¿Para qué sirve la fluorita?
–La nuestra termina como un insumo para la producción de electrodos de soldadura ya que es un fundente, es un nicho al cual hemos ingresado con exportaciones, principalmente a Chile y Brasil. Pero la industria también utiliza fluorita en el gas flúor que llevan las heladeras para enfriar.
–¿Y la serpentinita?, linda palabra para un trabalenguas.
–Es un óxido de magnesio que se usa en la elaboración de las chapas laminadas en frío y en caliente, somos proveedores de Siderar. La fluorita es un material de primera categoría, es decir, somos concesionarios del Estado; la serpentinita es de tercera categoría, por lo tanto es del dueño del suelo. Pero quiero volver a comentarle algo de la resiliencia.
–Cuente.
–En 1991, eramos proveedores de Somisa, cuando pasó a manos de Techint esta empresa cambió la formulación del acero y dejó de utilizar fluorita. Nosotros todavía teníamos un contrato por cinco años de provisión. Nos dijeron: “No va más. Dejamos de usar fluorita y pasamos a emplear serpentinita. Búsquenla y nosotros compramos”.
–¿Y…?
–En lugar de ponernos a iniciar un juicio por el contrato incumplido, lo vimos como una oportunidad de tener trabajo y empezamos a producirles el insumo en 1995. Hoy les entregamos 12 mil toneladas mensuales que cargamos sobre trenes en las localidades de Elena y Berrotarán. Va directamente a San Nicolás.
–Que buen cierre de circuito: explotación, ferrocarril, cliente.
–Va molida a granel. El año pasado cambió otra vez el proceso en Siderca y nos pidió un molido ultrafino de serpentinita. Trajimos una planta de molienda de China y empezamos a trabajar ese material, un servicio a pedido del cliente.
–O sea que ya son un proveedor conocido.
–Totalmente. Algún pergamino en calidad, conocimiento y seriedad, tenemos (ríe). Además hemos certificado normas de calidad ISO 9000 y 14000. Eso también sirve para armar el cuadro del lugar al que apuntamos como empresa: confiable, seria, que respete normas de calidad y el medioambiente.
–Un tema difícil para la minería, así uno solamente extraiga piedras de un arroyo.
–Llegó en su momento a paralizarnos este tema. Hasta que uno reacciona y sale a dar respuestas, hay un proceso de cambio que es necesario realizar. La Secretaría de Minería nos ha ayudado mucho con sus técnicos, el agua es testigo del hombre, por lo tanto su utilización y reutilización en forma adecuada es un factor central.
–Ustedes usan agua para la flotación.
–Así es, originalmente la empresa estaba en Córdoba Capital en Bajo Grande y nos fuimos con toda la estructura al lugar del yacimiento para aprovechar mejor los recursos. La fluorita se forma en las fallas estructurales del terreno y curiosamente por esas fallas también circula el agua. Hay una asociación directa entre la formación geológica y la existencia de agua.
–¿Cómo es el proceso de flotación?
–Obtenemos la piedra de fluorita, se muele de tal modo que la molécula se separe del resto de las impurezas como carbonatos, sílices, óxidos. Luego va a un medio donde con un colector oleico la molécula disminuye su peso específico aparente y entonces flota. Allí se la recolecta y sigue su procesado. El resto de los materiales se descarta.
–¿Con ese descarte no se puede obtener algún otro subproducto?
–En la actualidad ese descarte se está empezando a utilizar en el cemento para bajar el punto de fusión del clinquer lo que permite realizar un ahorro energético a las cementeras. La fluorita en cambio, permite tener clientes varios como Aluar, Conarco, Murvi.
–Es decir, acá hubo una decisión empresaria de dejar la improvisación de lado y trabajar con una planificación de largo plazo.
–Sí, así fue. Creo también que el aporte de la gente joven, entre quienes están mis dos hijos, trajo aires nuevos. Pero hubo una decisión política, en 2001 estábamos liquidados, técnicamente quebrados. Mis hijos trabajaban fuera de la empresa, yo les había dicho que no vinieran porque acá no había futuro. En 2002 se dio vuelta y empezamos a exportar algo, lo que nos trajo nuevas exigencias. Y también apareció un hecho fortuito.
–¿Cuál?
–China en 2005 dejó de exportar fluorita para utilizarla en su mercado interno. Entonces nos vinieron a ver clientes del exterior para que entregáramos mayor cantidad. Mediante una alianza con la empresa Hascor Metal estamos despachando para todo el mundo materiales para soldadura. A su lista de productos incorporaron nuestra fluorita flotada. Mantuvimos un mercado permanente y constante que nos dieron base para crecer. Hubo mucha capacitación, mejora del perfil técnico, programas de ecoeficiencia, procesos.
De la piedra a viña
–¿La fluorita cotiza en el mercado?
–Sí, pero en nuestro caso apuntamos a la calidad, seguridad y pureza del producto, más que al precio. El mercado del clorofluocarbonados que utilizan las heladeras es un mercado inmenso que maneja precios, pero no participamos ahí. Nos interesa el cliente que necesita calidad y confiabilidad donde, por lo tanto, el precio tiene un peso relativo.
–Se pusieron a hacer una viña en la cantera, ¿por qué?
–Estamos moviendo seis o siete veces más de escombreras que de material útil. Hicimos estudios topográficos y al analizar qué podíamos hacer con eso, una idea fue hacer terrazas, preparar el suelo para el drenaje adecuado y sembrarlo.
–Armaron el suelo.
–Queríamos conseguir la sinergia de mover el suelo pero a la vez construir las terrazas. El año pasado plantamos la primera hectárea de vid con muy buenos resultados, en noviembre pondremos otra, pero creemos que el emprendimiento estará maduro como para hacer una bodeguita en 10 a 15 años. Tenemos nueve variedades puestas. Con mi edad, no es fácil proyectarnos, pero con el empuje y las ganas de los chicos, creo que lo vamos a lograr.
–Hay otras experiencias vitivinícolas en esa zona.
–Sí, incluso participamos del asociativismo de la actividad. Es un valle con las nacientes del Quillinzo y del Huacha Corral, con siete u ocho arroyos que lo corta al valle. No hay siembras ni pestes cerca. Entonces el ambiente fitosanitario de la zona es muy bueno.
–Buen lugar para los viñedos.
–El resultado que obtuvimos hasta ahora es un rendimiento del 85 por ciento sobre lo que plantamos. El corazón de nuestro negocio sigue siendo la minería, pero el objetivo es justamente hacer una minería sustentable, que sea bien vista. Ya nos han pedido el proyecto mineras de Chile. Creo que es posible derribar falsas antinomias. Hay que terminar con el concepto de la minería que arrasa con todo y no deja nada en la zona. Esto acá no va a ser así.
–Es decir, hay un proyecto y un compromiso, por lo que escucho.
–Total. Otra idea equivocada es esa de no sacar el mineral para atesorar riqueza. Es un error muy grande. En los años `30, el carbón era el motor de la economía. Hoy su uso desapareció, salvo para mover algunas usinas térmicas. Entonces, ¿qué beneficio hubiera habido en dejar el carbón atesorado? Ninguno. La importancia estratégica de los minerales va cambiando en función del tiempo.
–Dicen que eso está sucediendo en Chile, el mundo ya no necesita tanto cobre.
–Era el principal conductor telefónico, hoy las telecomunicaciones son digitales, por satélite y fibra óptica. Es decir, la escena se va corriendo, va cambiando con el paso de los años.
–¿Qué minerales valiosos quedan en Córdoba?
–Tenemos un yacimiento de uranio en Los Gigantes mal explotado, el uranio sigue estando allí. Quizá en el futuro con nueva tecnología, pueda cambiar esa situación. Hay manganeso. Las llamadas “tierras raras”, como el torio, son una incógnita donde hemos empezado a hacer estudios. En Córdoba hay unas 30 empresas activas, las más importantes son de triturado pétreo.
–Las piedras para la construcción de obras, pavimento, hormigones.
–La minería es la única actividad económica descentralizadora que existe. No estamos donde queremos sino donde está el mineral. Eso significa mucho para radicar a la gente en el interior, en su zona. A la actividad minera hay que controlarla, supervisarla, ponerle requisitos, pero tiene que funcionar.
Futbol pasión
Nombre. Ricardo Martínez.
Edad. 62
Casado con. Isabel Parodi, hija del fundador.
Hijos. Juan Manuel, Gonzalo y María Celeste.
Empresa. Fluorita Córdoba SA
Empleados. 55.
Producción. 400 toneladas de fluorita flotada procesada y 15 mil toneladas de serpentinita.
Deportes. Tenis y futbol.
Teléfono. (0351) 451-7353
Mail. martinez@fluoritacordoba.com.ar
Web. fluoritacordoba.com.ar