Firmantes del Conicet que declaran en contra del sustento de las familias mineras
Por Marita Ahumada – Lic. en Ciencias Geológicas. Mg en Geología y Gestión de los Recursos Minerales y Natalia Casadidio Socióloga. UNAP. Chile
Son varias las acciones de grupos con ideología antiminera que responden a intereses no explícitos, pero con la clara intención de quebrar el consenso y la licencia social de una actividad que aporta al desarrollo local.
Sin embargo, en los últimos tiempos los mecanismos de imposición ideológica a las comunidades son alarmantes.
Desde discursos asociativos tales como prostitución + mujer + minería o contaminación del agua + minería hasta la creación de slogans estigmatizadores.
No obstante hay un accionar que ha funcionado con éxito en los mecanismos de adoctrinamiento, la utilización del capital institucional e intelectual que ostenta un selecto grupo de eruditos de prestigiosos espacios académicos y de investigación.
Por ejemplo, en el marco de la reforma de la Ley 7.722 de Mendoza un grupo de investigadores del Conicet y académicos de la UNCuyo presentaron una carta pública dirigida a los diputados y senadores de la provincia alertando de una supuesta crisis hídrica a consecuencia de la minería en la provincia, entre otros mitos.
Al analizar las disciplinas científicas de los firmantes se observó que de las 498 firmas, 88 son de docentes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 53 de la Facultad de Filosofía y Letras, 29 de la Facultad de Educación, 51 de la Facultad Artes y Diseño, 18 de la Facultad de Ciencias Médicas, 43 de la Facultad de Ciencias Agrarias, 22 de la Facultad de Ciencias Económicas.
Luego, de los 194 restantes que no especificaron especialidad, se pudo apreciar a partir de los trabajos publicados, que la mayoría son profesionales de ciencias sociales del Conicet y el resto de deportes, odontología, ciencias médicas y ciencias naturales.
Es decir, la mayoría de los profesionales firmantes pertenecen a las ciencias sociales y humanísticas.
Es llamativo que las personas formadas en sociología, filosofía y arte tengan un conocimiento tan especializado y acabado como para comprender la utilización de reactivos químicos, sus concentraciones, la dinámica de los recursos hídricos, o de procesos productivos y hasta un exhaustivo conocimiento en leyes, como, por ejemplo, la Ley Nacional 24.585.
Analizando el plan de estudios de cada carrera en la que han sido formados los doctos firmantes, en ningún caso han recibido una formación que les permita tener un conocimiento técnico y específico sobre la actividad minera en cuanto su dimensión productiva.
A esta observación se le suma que prácticamente no hubo participación de profesionales de áreas que pudieran dar cuenta de procesos mineros o desde la actividad con un conocimiento cabal en el tema, mencionando entre ellos a geólogos, ingenieros de minas, geoquímicos, especialistas en metalurgia, hidrogeólogos, geofísicos, especialistas en ambiente minero o ingenieros industriales.
Estamos ante un grupo que hace abuso de su posición ocupando un espacio académico o de investigación que la sociedad les confió para hacer ciencia, no ideología.
Este sector académico, formador de opinión, está influenciando a la población en el marco de un movimiento antiminero que sólo es posible comprender desde la dimensión ideológica.
¿Se trata de un grupo radicalizado que trabaja en CONICET o esta publicación está avalada ciertamente por la Unidad de Auditoría Interna o por la Gerencia de Desarrollo Científico y Tecnológico?
Por tanto, solicitamos un serio tratamiento técnico de los procesos geometalúrgicos y de sistemas de gestión ambiental de la “madre de industrias” lejos de los mitos y las creencias de quienes no la conocen; más aún teniendo en cuenta que el Centro de Inversión Sostenible de la Universidad de Columbia (CCSI), el Foro Económico Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) junto a la Red de Soluciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible publicaron un informe de la contribución de la actividad minera a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030.
Este informe muestra las relaciones entre la minería y los ODS usando ejemplos de buenas prácticas en la industria, y el conocimiento y recursos existentes sobre desarrollo sostenible que, si se imitan por otras industrias o aumentan, podrían hacer importantes aportes a los ODS.
Publicado en Los Andes el 19/03/2020