Minería y comunidades: desarrollo y beneficio
Es sabido que la minería está enfocada a obtener materiales que son de una importancia crucial en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana y la incidencia benéfica de estas cuestiones no son tan ponderadas. Sin embargo, otra parte relevante de ésta actividad es el impacto que tienen sobre las comunidades donde trabaja, lugares en donde se puede observar un cambio altamente positivo, cuando el trabajo es realizado de manera consciente.
Las mineras suelen instalarse en regiones que, por virtud del desarrollo socio-económico, están por fuera de la centralidad y por lo tanto se encuentran en situaciones de postergación. Con la llegada de ésta actividad, los pueblos en cuestión experimentan un rápido repunte generando fuentes de trabajo y una activación y revitalización de sus economías.
Otro aspecto fundamental en la relación con la comunidad es que las mineras están obligadas por las administraciones de los lugares donde se efectúe la actividad a contribuir con proyectos sociales que van desde la construcción de hospitales o la refacción de otros sitios de importancia para el pueblo.
Pablo Wagner, en una nota publicada por Construyendo Dialogo señala: “Todas estas economías que tienen recursos naturales poseen un potencial de desarrollo enorme, especialmente cuando los niveles de precio de los commodities comienzan a crecer, que es lo que le ha pasado a Chile en los últimos cuatro años. Algunas de las actividades que se pueden mencionar son la de construcción, turismo, inmobiliarias, educacionales y de salud. En general toda la cadena de valor de una economía empieza a crecer en base al nuevo desarrollo que se pueda estar generando en torno a la minería.”
El Subsecretario de Minería en Chile finaliza diciendo: “En este caso la economía se desarrolla de una manera más profunda y se van generando más empleos y mejores sueldos promedio. El Estado es capaz de recaudar mayores ingresos en la medida en que estas actividades van creciendo: si las actividades crecen, el Estado puede ir recaudando, y eso se va a infraestructura o a proyectos sociales que son importantes especialmente para la superación de la pobreza. El mejor ejemplo que tenemos es la región de Antofagasta, en el norte de Chile, en esa región el ingreso per cápita es de 26 mil dólares versus el promedio de ingreso per cápita del país que es de 14 mil dólares. Este ejemplo demuestra que tanto el desarrollo como la generación de riquezas está relacionada a la industria minera.”
La actividad minera, entonces, al ser llevada adelante de manera consciente y responsable acarrea grandes beneficios para las comunidades.