El turismo minero propone disfrutar de paisajes, experiencias e historias
El norte del la provincia es el lugar indicado para esta actividad por los grandes asentamientos mineros que hoy están convertidos en atractivos turísticos. Cada año, estas visitas suman adeptos y generan alternativas para el desarrollo en las localidades aledañas.
Entre la diversidad de atractivos naturales y actividades para quienes visitan la provincia de San Luis la propuesta de turismo minero es una opción ideal para descubrir las serranías puntanas y la historia que guarda cada uno de esos emprendimientos.
El norte provincial es el lugar indicado para esta actividad, ya que la mayoría de los asentamientos mineros se localizan en esa zona, hoy convertidos en atractivos turísticos que cada año suman adeptos y generan alternativas para el desarrollo en las localidades aledañas.
Al pie del cerro Tomolasta, a 83 kilómetros de la ciudad de San Luis, se encuentra La Carolina, un pueblo de 300 habitantes cuya actividad identitaria fue la minería, que comenzó en el siglo XIX cuando Tomás Lucero, un vecino del lugar, halló oro y lo llevó a aquilatar a Córdoba.
Desde 1789 y hasta 1810, el pueblo le proveía trabajo a unos 3.000 mineros y obtenía 10 mil kilogramos de oro de 18 kilates.
A 20 kilómetros de La Carolina, y cien de la ciudad capital, la gruta de Inti Huasi (Casa del Sol) es un domo de origen volcánico situado en la zona central de las sierras de San Luis conformado por dos socavones poco profundos, de unos 60 metros de frente por 20 de fondo y 10 de altura, protegidos naturalmente por una amplia arcada que conforma un vestíbulo natural.
La gruta se puede visitar todos los días del año, con entrada libre y gratuita. En el lugar hay una pasarela con exposición de restos óseos y líticos. Antiguamente se podían visualizar pinturas rupestres, pero perdieron nitidez debido al paso del tiempo y la erosión causada por el viento y agua.
A 135 kilómetros de la capital puntana, esta es otras de las localidades que tuvo una fuerte impronta minera y es parte del circuito turístico.
El principal mineral extraído era wolframio, que se utilizaba para la fabricación de armas. Su apogeo estuvo siempre relacionado a conflictos bélicos, en especial durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Las excursiones hacia la mina no plantean dificultades de trayecto e invitan a descubrir los túneles húmedos y negros en varios niveles de profundidad, con paredes de tonos azulinos a causa del tungsteno.
Pueblo Escondido fue un asentamiento minero ubicado en el Cerro Áspero, que pertenece a la provincia de Córdoba, pero su acceso se realiza desde la localidad puntana de Villa de Merlo.
Este yacimiento minero deshabitado tiene una relación estrecha con historias de guerra y las características de la vida asalariada en el corazón de la montaña, trabajos ligados a la extracción del tungsteno y asociados a instrumentos bélicos como vehículos blindados, tanques y proyectiles para cañones.
En su época de esplendor había decenas de trabajadores; instalaciones de molienda, concentración y separación de minerales por medios mecánicos; una usina propia; un hospital, viviendas para mineros y jefes y hasta teléfono.
En 1995, las estructuras fueron restauradas para fomentar el turismo aventura y se convirtió en un refugio de montaña con un entorno natural paradisiaco.
En la actualidad, cuenta con habitaciones privadas y para compartir, zonas de camping y ofrece servicios gastronómicos para los turistas.
Publicado por Telam el 9/11/2022
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