Las autoridades de Papúa Nueva Guinea y los directivos de la empresa canadiense Nautilus Minerals acordaron impulsar de manera conjunta la primera mina comercial submarina, localizada a 1.600 metros bajo el nivel del mar. La inversión estimada para este proyecto minero denominado Solwara I, ronda los US$ 800 millones, y el objetivo central es lograr extraer materia prima del fondo submarino para poder obtener cobre, oro, plata y zinc.
En el lecho marino se acumulan depósitos con grandes cantidades de moléculas de azufre combinadas con distintas partículas metálicas filtradas desde la corteza terrestre. Esta mezcla de agua salada, azufre y moléculas de metal diseminados en la corteza forman un denso líquido que es calentado por las altas temperatura del magma y fluye hasta el lecho marino a través de las fumarolas hidrotermales que se abren en el fondo oceánico. En contacto con el agua fría, esa mezcla se asienta y da lugar a depósitos de roca y concentrados de partículas de cobre, oro, zinc, plata, magnesio y otros metales preciosos, que la mina submarina extraerá utilizando robots y equipos controlados en forma remota. Según lo proyectado, este particular yacimiento debería estar operando en 2017.
John Elias, responsable de comunicación de Nautilus Minerals, reveló que para la operación de este yacimiento submarino, los ingenieros en minas de Nautilus Minerals planean hundir hasta el lecho oceánico pesados equipos robóticos diseñados especialmente, entre ellos, una cortadora automática que pesa 310 toneladas, capaz de barrer el fondo, cortar los afloramientos y acumular materia prima. También se utilizarán grandes bombas para elevar hasta la superficie del mar –por medio de un ducto de acero de 1.500 metros de largo– los materiales extraídos. Todavía está siendo diseñado el barco de soporte y operaciones que deberá contar con grandes filtros y sistemas de deshidratación para separar la materia prima del agua salada y devolverla al fondo del mar para minimizar la alteración del medio ambiente marino. Las piedras y lodos obtenidos luego se enviarán a una planta de procesamiento ubicada en la costa, lugar donde se aplicarán los procesos de selección y purificación de metales. La empresa estima que el yacimiento submarino podría aportar entre 80 mil y 100 mil toneladas de cobre y entre 100 mil y 200 mil onzas de oro.