AL VOLANTE DE CAMIONES GIGANTES – Mujeres fuera de serie
21 iglesianas participan del Entrenamiento para Operadoras de Camión Fuera de Ruta a cargo de la Mina Veladero. Conoce sus historias.
Más de 200 mujeres se inscribieron en este curso para aprender a manejar esos camiones gigantes que pesan 500 toneladas y miden 13 metros. Quedaron 21 seleccionadas, en esta primera capacitación solo para mujeres. “Venimos trabajando en insertar mujeres en la minería desde hace tiempo y pudimos concluir con el apoyo de las comunidades y el gremio AOMA en este curso. Es un hito que sea solo para mujeres y justamente para la operación de camiones, es un gran mensaje” comentó a Zonda Diario, Vanina Grizzuti, gerente de Recursos Humanos en Veladero.
Este viernes finaliza la parte teórica y luego durante 5 meses, el aprendizaje práctico será la mina realizando turnos de 14×14 días.
Aquí algunas historias de las mujeres que no se achican ante nada y van a desafiar a esos monstruos de acero.
Claudia Álvarez, quinta a fondo por su sueño
Tiene 47 años, una hija de 19 y una nieta de 10 meses. Es oriunda del Tambillo en Bella Vista. Nunca se achicó ante ningún desafío y menos que menos si se trata de estar al frente de un vehículo de gran porte.
“Siempre trabajé en fincas manejando tractores”, cuenta. “Estuve un tiempo trabajando en la ciudad de camionera de una empresa Porres que era de áridos”, agrega.
“Escuche lo de la inscripción pero no me animaba a presentarme. Mi hija presentó el curriculum sin que yo sepa. Me llamaron para hacer una entrevista y yo no sabía nada porque andaba llevando gente a los paneles en mi camioneta. Llegué, le comenté a mi hija y ahí recién me dijo la verdad”, dice.
“Fue todo muy rápido pero estoy muy contenta”, asegura.
Ahora Claudia sigue a toda velocidad para adelante. “Ojalá que pueda seguir para que mi hija termine de estudiar. Vamos a seguir hasta donde sea. Tengo que cumplir mi sueño”, dice enérgicamente.
Ethel Poblete, va por su segunda oportunidad
Ama de casa, mamá de Matías y Florencia. Tiene 39 años y actualmente trabajaba como niñera. Ya pasó por la mina y la capacitación años atrás pero en ese momento primó su dedicación a sus hijos y ahora va por su segunda chance.
“Siempre pensaba volver. Escuché la inscripción en la radio y fueron mis hijos los que me motivaron para inscribirme. Pasé por entrevistas por video llamada hasta que llego el día y quede seleccionada. Lo primero que hice fue abrazar a mis hijos porque fueron ellos los que me motivaron a volver”, dice. “Antes el curso era diferente. Ahora es muchisimo lo que estoy aprendiendo porque uno no deja nunca de aprender”, agrega.
Mabel Montaño, ama de casa, albañil y artesana
Tiene 39 años y vive junto a su familia en Tudcum.
Mamá de 4, Carlos, Adriana, Miriam y Roque. Dos de ellos ya trabajan en la Mina. Acompaña a su marido a todos los trabajos en los que pueda que pueda para sumar recursos a su hogar.
“A mi pareja le ayudo en la albañilería y en lo que pueda trabajar, le hago también a la plomería”, agrega tímidamente.
Pero no se queda ahí. Además hace trabajos artesanales para vender a turistas. “Hago frazadas, cuadros y siempre las vendemos en casa a gente que pasa y las ve”, agrega.
“Me operé porque tengo la gran necesidad de hacer operar a una de mis hijas (Miriam de 17) que tuvo un accidente y debe operarse de la nariz y no tengo obra social”, dice la mujer como una de sus razones. “No alcanza mucho lo que ganamos y se hace muy difícil”, agrega. “Mis hijos me impulsaron a inscribirme, tuve mucha suerte cuando me llamaron y me puse muy feliz. Mi marido no puede trabajar allá arriba, así que yo voy a probar suerte”, comenta.
Emilce Díaz, cambió los libros por la mecánica
Es profesora de educación primaria. Y según ella misma cuenta “podría decirse que de los libros pasé a esta parte de la mecánica porque estoy en este curso sobre el manejo de los camiones fuera de ruta. Es algo nuevo para mi , sigo estudiando con muchas ganas de aprender en este proyecto tan importante para nosotros y sobre todo en lo que tiene que ver con las mujeres”. “Me recibí hace poco, me inscribí en la Junta (del Ministerio de Educación) y justo salió esta oportunidad. Estoy muy feliz. Cuento con todo el apoyo de mi familia porque esto fue un cambio y una gran sorpresa. Yo iba a trabajar como docente y se dio esta oportunidad, todavía no lo puedo creer”
Gema Martín, una mujer de la minería
Tiene 31 años y 2 hijos. Trabajaba en una clínica pero cuando conoció de esta oportunidad del curso decidió jugarse por este proyecto. Ya tenía experiencia en las minas por haber trabajado en Pascua Lama en el 2013.
“Estamos estudiando mucho para poder tener un buen desempeño en este trabajo. Siempre tuve ganas de volver a la mina. Me da mucha ilusión subirme a los camiones”, agrega.
“Mi familia me apoya muchísimo porque el desafío es muy grande”, dice.
“Siempre me vi como una mujer de la minería”, cuenta.
Fanny Pérez, hace 8 años está sin trabajo fijo
Es de Las Flores, ama de casa y mamá de dos chicos de 12 y 7. “Trabajé hace un tiempo en el municipio pero hacía más de 8 años que estaba sin trabajo y surgió la oportunidad de inscribirme”, cuenta. “Me enteré por la Radio, después presenté el curriculum con muchas ganas y esperanza por que hay mucha necesidad económica. Lo presente con fe en Dios”, agrega. “Tengo muchas ganas de ser una operaria. No me da miedo el camión pero si le tengo respeto”, dice. “Mis hijos están ansiosos quieren que consiga este trabajo y que podamos salir adelante. Me apoya mucho mi familia y se que eso es muy importante”, añade.
Lourdes Vega, con todas las ansias de su juventud
Oriunda de Villa Iglesia, tiene 23 años y trabajaba como portera.
“Al principio las ganas estaban pero no tenía mucha esperanza porque éramos muchas chicas y no creía que quedara. Tuve la suerte de quedar seleccionada y tener el privilegio de aprender a manejar un camión”, comenta.
“Estoy disfrutando al máximo y ahora estamos en la parte teórica y preparándonos para todo lo que se viene”, comenta. “Mi papá me dijo que me anime y dije allá voy. Mi familia está apoyándome y si Dios quiere tendremos la suerte de aprobar el curso. Para mi, es incondicional el apoyo de la familia para estar 14 días allá en la mina”, agrega.