11 de septiembre: Día del Maestro
El 11 de septiembre de 1888 moría Domingo Faustino Sarmiento. En su honor, en esta fecha se conmemora el Día del Maestro.
El Sarmiento que todos conocemos fue escritor, educador, político y estadista pero también existió un Sarmiento minero, que hizo mucho por la industria durante su paso por nuestro país.
En 1869 asumió la presidencia de la Nación y creó la primera Escuela de Minería del país en la provincia de San Juan. Ese paso histórico auspició la llegada de grandes geólogos e ingenieros en minas de otros países, promovió el desarrollo de la actividad y colaboró en la legislación a favor de la industria con la creación del Código Minero Argentino.
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El primer encuentro de Sarmiento con la minería se produjo a sus 23 años, exiliado en Chile y por exigencias económicas, donde ocupó el puesto de capataz en la mina de plata «La Colorada» (Copiapó) explotada por el general Vega -ex jefe militar de Sarmiento en San Juan-. Su trabajo consistía en bajar a la mina a controlar el trabajo de los peones.
Durante su segundo exilio en Chile -ocurrido durante 1842- Sarmiento periodista distinguió la fuerza de la minería en diversos artículos en diarios como El Nacional, El Mercurio y El Progreso. Esas ideas apuntaban a la capacidad de la industria para favorecer la balanza comercial de un país; potenciar el encuentro entre los capitales, la ciencia y el arte y a
la necesidad de que los gobiernos acompañen la gestión. La oportunidad para llevar a cabo sus ideas parece llegar el 9 de enero de 1862, cuando Sarmiento asume la gobernación de San Juan. El Código de Minería no existía aún, y las Ordenanzas de México, complementadas con los Estatutos de 1853, regulaban la actividad en ese momento. En el mensaje a la Legislatura, del 22 de junio de 1862, Sarmiento declara a la minería industria principal en la provincia, apelando nuevamente al apoyo del gobierno nacional para su desarrollo y resaltando lo beneficiosa que resultará para la economía interna y el comercio exterior de la Nación.
Un mes más tarde se constituye la Compañía de Minas de San Juan, en donde participa como propietario junto a otros accionistas. Para dar este paso asumió deudas con el solo objetivo de que otros inversionistas confiaran en los beneficios de este negocio.
Además, en una comunicación dirigida a Mitre y referida a la creación del Colegio Preparatorio -luego Colegio Nacional- señaló con particular énfasis la necesidad de preparar ingenieros y de enseñar química, a fin de formar hombres que puedan continuar y acrecentar el potencial que la industria minera significa para la provincia.
Más adelante y en su cruzada por la promoción de la industria insistió en la convocatoria de capitales para desarrollar emprendimientos en el país a través de la abundante correspondencia que mantiene con amigos en Chile. La consigue. Su mensaje a la Legislatura del año siguiente, mantiene la defensa de la minería como industria transformadora, señala los adelantos producidos, pero expresa cautela en lograr grandes resultados en poco tiempo.
Si bien la producción de plata no alcanzó en ese momento los niveles esperados, lo que ocasiona grandes pérdidas a la Compañía encargada del tratamiento y fundición de ese metal y su posterior venta; Sarmiento, lejos de sentirse derrotado, no abandona su interés ni su convicción en la importancia de la minería y habiendo asumido la presidencia de la Nación (1869), creó la primera Escuela de Minería del país en la provincia de San Juan, atrayendo grandes geólogos e ingenieros en minas del exterior.
Muy a pesar de ello, los obstáculos que impidieron años posteriores el desarrollo de la industria en el país son los ya conocidos y sufridos por Sarmiento: falta e ignorancia de legislación carencia de apoyo gubernamental, desconocimiento de la ciencia y de los procedimientos, dificultades de comunicación, excesivos fletes y costos de traslado. Sin embargo, su defensa de la industria minera continúa como senador y periodista.
Durante la 2a. Guerra Mundial para que el Estado Nacional reconozca la importancia de este sector, y participe activamente, en Argentina se tomaron áreas de reservas mineras que no podían ser exploradas por particulares. Esta participación se traduce en la creación, en 1941, de Fabricaciones Militares, con una primera incursión en la mina de hierro «Regimiento 17 en Catamarca. En el mismo año se cede a Fabricaciones Militares el yacimiento ferrífero de Zapla, en Jujuy, creándose Altos Hornos Zapla en 1943. El ente estatal financia parcialmente el desarrollo minero en el país, facilitando capital y tratando de generar confianza en un proyecto minero nacional, a fin de atraer al sector privado. De esta manera, la participación del Estado dentro del esquema productivo minero, combinado con los esfuerzos privados en la conformación de sociedades mixtas, significa el lanzamiento de una industria minera y sus trabajos adicionales en Argentina, entre 1941-1950.
La década del 60 encuentra a la minería argentina totalmente estatizada, dado que el Estado nacional y las provincias toman áreas a las que denominan de reserva, zonas destinadas a estudio de factibilidad. Las inversiones de este Estado empresario no son las más convenientes, y los planes de inversión cambian al ritmo de los gobiernos, sin lograr la continuidad y coherencia que les permita ser económicamente rentables en el tiempo. La política minera se basaba en ese entonces en regímenes de subsidios, y la exportación era reducida. A pesar de ello, se desarrollan algunos proyectos mineros de magnitud, especialmente los que sustentan a la industria siderúrgica, minerales de hierro en Zapla y Sierra Grande, carbón en Río Turbio, oro-plata en Farallón Negro.
En cuanto a la exploración, los recursos aplicados permitieron ubicar sólo zonas de posibles emprendimientos, a excepción del descubrimiento y desarrollo del proyecto cupro-aurifero Bajo La Alumbrera, en Catamarca, el yacimiento de Cerro Vanguardia, en Santa Cruz, el proyecto cuprífero de Pachón, en San Juan, el yacimiento de Agua Rica, en Catamarca. Lo
importante, de cualquier manera, es que a partir de 1993 la exploración se intensifica, pasándose de 5 compañías mineras extranjeras radicadas en el país, a más de 90. Un buen número de estas compañías ubican m proyecto factible a partir de estudios geológicos preliminares, y ofreciendo este anteproyecto en las bolsas de comercio de Vancouver, New York, Montreal, Toronto, toman capitales de riesgo de esas bolsas para sus inversiones. El resultado es la mayor cantidad de metros perforados en exploración, con el conocimiento de áreas que hasta ese momento se ignoraban, pues hablan sido declaradas áreas de reserva, y el estado no habla podido realizar las exploraciones pertinentes, por carecer del financiamiento necesario.
La sintética reseña de la evolución de la mineria argentina en estos 130 años pretende mostrar, cómo las tres ideas claves que sustentan el pensamiento minero sarmientino: el capital, la legislación, la ciencia y tecnología, instrumentadas de manera complementaria, son reeditadas a partir de 1993, y, con la continuidad en el tiempo que la actividad requiere, la industria olvidada, que el pionero trató de impulsar, logrará su realización como polo de desarrollo y riqueza para el país.
El día 7 de mayo ha sido instituido como Día de la Minería en nuestro país. Ese día, la Asamblea General Constituyente de 1813 sancionó la primera ley de fomento minero, propuesta por la Junta de Gobierno. Decía la Junta, para fundamentar su propuesta, que el ramo de minas, después del crédito público, formaba la base más sólido del sistema de hacienda. «Mas para realizar esto agregaba el documento son necesarios grandes capitales, en primer lugar y, en segundo, una población activa e ilustrada que proporcione a los emprendedores ganancias capaces de estimularlos a correr los riesgos que consigo tienen los trabajos.» Esperemos que las futuras celebraciones del 7 de mayo, sean la celebración de una industria recuperada, en la que el sanjuanino merecerá un brindis especial por el cumplimiento de su sueño de pionero.
En palabras de Sarmiento: «¡Santo Dios, el fabuloso Dorado viene a realizarse a nuestra vista! Diez pesos por carga de tierra, donde se pueden extraer millones de millones de cargas, y lo que es más, ¡sin perjudicar a la agricultura, ni a las poblaciones, ni a los pastos, ni excavar la tierra a grandes profundidades!».
El Sarmiento minero ha vuelto a ser, una vez más, tan actual como lo fue en su tiempo.